Los suicidad en la literatura - page 152

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Tema y Variaciones de Literatura 40
apoyada en San Sebastián y
Hagakure
. Las novelas que componen la
tetralogía siguen a la reencarnación del protagonista, Matsugae Ki-
yoaki. Su destino (reencarnaciones) se convierte en la figura simbóli-
ca, la visión final del destino del Japón en el siglo veinte como
percibida por el autor. El título de la tetralogía está tomado de una
vieja selenografía de astrólogos-astrónomos de la época Kepler.
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De ahí surge el título “el mar de la fertilidad”. Esa enorme llanura,
una planicie en el centro lunar, que hoy sabemos que es un desierto
sin fin. Lo que queda, después de cuatro sucesivas generaciones, se-
guidas en los cuatro tomos de la novela, es la nada, pero una nada
diferente de la francesa “rien” o “nada” la de los místicos españoles.
En el budismo zen, el
Absoluto
se identifica con “mu”, la nada infi-
nita, que es totalmente insustancial. La nada rodea al individuo, y
por tanto puede establecer una conexión directa con su propio yo.
La tensión entre ser (u) y no ser (mu), que regula la condición hu-
mana es superado por mu, ya que la nada es la trascendencia de la
existencia/inexistencia. Pero mu, no debe interpretarse como la ne-
gación de “u”.
“Mu” es una forma más fuerte de negación que simplemente el “no
ser”. Absolutizado, trasciende tanto “u” como “mu” en su sentido
relativo: “[...] ‘Mu’ está en igualdad de condiciones con y es recí-
proco a ‘u’. Pero si se absolutiza ‘mu’ en principio, puede trascender
y abrazar en su seno tanto ‘u’ como ‘mu’ en sus sentidos relativos.
La idea budista del vacío puede ser tomada como ‘mu’ en este abso-
luto sentido”.
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En otras palabras, la vida ya no es diferente de la muerte, el bien
tampoco del mal. Los budistas creen que la vida no es superior a la
muerte, como la vida y la muerte son dos procesos antagónicos y
mutuamente excluyentes que se convierten así en inseparablemente
unidos.
El escritor está tan decidido a hacer que sus creencias ideológi-
cas sean conocidas, que
El mar de la fertilidad
de novela se torna,
en ocasiones, en un tratado filosófico
.
En esta obra se nota su cons-
ternación y su deseo de inmortalidad. Halla los signos de corrup-
ción tan desagradables que mata a sus héroes y a sí mismo antes que
se corrompan, bajo la promesa de la eterna juventud. Como escribió
56 
Véase M. Yourcenar,
op. cit.,
p. 52.
57 
Masao Abe,
Zen and Western Thought,
p. 94.
1...,142,143,144,145,146,147,148,149,150,151 153,154,155,156,157,158,159,160,161,162,...306
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