Tema y Variaciones 43 - page 91

Vladimiro Rivas Iturralde
89
te eléctrica que circula en vaivén entre el asesino y el burócrata, y
el encierro carcelario late como futuro del asesino. Esta confron-
tación entre dos soledades, la del burócrata y la del delincuente
también será desarrollada estupendamente en
El apando
. En “El
abismo” asistimos a otro asesinato, el de un borracho a un ancia-
no, donde lo que importa es, como en Dostoyevski, la repercusión
del crimen en la conciencia del asesino. En “Verde es el color de la
esperanza”, con su título antifrástico, asistimos, como en
El coro-
nel no tiene quien le escriba
, a una prisión temporal: un jubilado
espera en vano una pensión que nunca llega. Con escenario car-
celario, el cuento “
Hegel
y yo” tiene un título y tema irónicos:
He-
gel
es un asaltante atrapado en la calle Hegel de Polanco –de ahí
el apodo– mientras asaltaba un banco, con quien el narrador, el
asesino de una prostituta, establece contacto. La historia es doble-
mente irónica porque
Hegel
, en efecto, filosofa. Este cuento no es
anuncio, sino corolario de
El apando
, una suerte de apéndice.
El cuerpo como encierro es una constante de toda su obra. He
citado ya un ejemplo prototípico, el del jefe de barandilla encerra-
do en su cuerpo en “La soledad”; el agonista de “La frontera in-
creíble”; el castigo de Alicia en “La palabra sagrada”, entre mu-
chos otros. Se trata, sí, de un encierro por incomunicación. En
“Sinfonía pastoral”, un cuento muy cruel, el encierro del amante
en un frigorífico es símbolo de la incomunicación –hasta la ruptu-
ra– de la pareja.
Pero estas soledades no son meramente circunstanciales, sino
esenciales; viven, según Revueltas, en la raíz misma del ser huma-
no. Se trata de una soledad ontológica, y en esto se hermanan
estos cuentos de
Material de los sueños
con las demás historias
de reclusión. En “Resurrección sin vida”, la obediencia al Partido
asume la forma de una cárcel, “la espantosa cárcel de la obedien-
cia”: Antelmo mata a su pareja, Alejandra, por órdenes del Parti-
do, pues ella ha entregado información al enemigo a cambio de
dinero.
“Cama 11. Relato autobiográfico” es un autoanálisis en pe-
riodo de enfermedad. Toda la imaginación, la ternura y la violencia
de Revueltas están condensadas aquí, como en un microcosmos.
El culto al cuerpo, al sexo, a la sangre, al materialismo más noble
como visión de la vida. La escritura sigue los dictados de la sangre:
la escritura como hemodinámica. Pero este autoanálisis se convier-
te en delirio, y es significativo que Revueltas haya escogido la en-
Revista_43.indb 89
05/11/14 08:54
1...,81,82,83,84,85,86,87,88,89,90 92,93,94,95,96,97,98,99,100,101,...246
Powered by FlippingBook