Marcela Quintero Ayala
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maya, restablece el orden del universo. De este modo se entiende
que maya haya llegado a significar la ilusión cósmica: ocurre así por-
que ya desde el principio, se trata de una noción ambivalente y has-
ta ambigua, que afecta tanto a la alteración demoniaca del orden
cósmico como a la creatividad divina. Más tarde, el mismo cosmos se
convertirá, en la visión del Vedanta, en una «transformación» iluso-
ria, es decir, en un sistema de cambios desprovisto de realidad.
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La composición de
¡Pájaro, vuelve a tu jaula!
, está inspirada en la
idea de que mientras los niños son parte de la ilusión del juego,
Dios también está jugando con sus dados (como lo imagina Sona-
ja), es decir, es creador del juego cósmico, lo que hace emanar de
los personajes sus fuerzas creativas más prístinas:
La liberación consiste esencialmente en el conocimiento exhaustivo
de este «misterio». Una vez desvelada la paradójica manifestación
del todo/uno, se llega a desentrañar los mecanismos del proceso cós-
mico. Según diferentes perspectivas, este proceso cósmico puede ser
considerado como un «juego» (lila) divino, una «ilusión» (maya) de-
bida a la ignorancia o como una prueba cuya finalidad es forzar al
hombre en la búsqueda de la libertad absoluta (moksa). […] En
consecuencia, la creación cósmica puede entenderse como una
emanación divina o como un juego (lila) en el que, cegados por la ig-
norancia, los humanos se dejan atrapar.
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Es probable que el mismo Severino haya tenido que atravesar por
distintas experiencias (espirituales, oníricas) hasta alcanzar lo tras-
cendental, las cuales lo llevaron al origen, es decir, a ese estado de
pureza, de sueño primigenio, que la mayoría perdimos en la infan-
cia. En términos de la psicología analítica, existe un arquetipo co-
nocido como el “
Puer Aeternus
” (inspirado en el mito de Eleusis,
quien pretende mantener en la infancia eterna al niño que cuida,
como venganza al dios del inframundo que raptó a su hija Déme-
ter), quien representa el aspecto cósmico de la infancia. En el tarot
este mismo arquetipo es representado a través de la imagen del
Loco, “el Tonto Sagrado”, semejante al personaje de Álvaro en
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Mircea Eliade,
Historia de las creencias y las ideas religiosas I. De la Edad de
piedra a los misterios de Eleusis
, 1999, p. 267.
14
Ibid.
, pp. 318-319.
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