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LAS CENIZAS DE SEVERINO SALAZAR
TESTIMONIO
Uriel Martínez*
7:55 A. M.
La niebla ha cubierto la ciudad. Acampa con su vaho sinuoso y re-
pentino como quien busca posesionarse de espejos, lagos y estan-
ques. Detrás de los cristales sudados los cuerpos han cobrado mo-
vimiento: quieren contrarrestar las bajas temperaturas con bebidas
humeantes. La maleta de viaje ha sido cerrada. Los guantes, las
llaves, los obturadores, las persianas, la bufanda, la puerta, la bi-
lletera, el celular, las vitaminas, los pañuelos desechables, el cua-
derno de viaje. Todo ha sido corroborado, guardado y verificado.
Nos alejamos de la niebla que ha invadido la ciudad, nuestro cuer-
po, la madrugada.
10:05 A. M.
Hace ocho años
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tus cenizas cupieron en una urna de madera fina
y ahí los tuyos depositaron quejas, oraciones y conjuros para
demorar la partida. Conforme a tus indicaciones una parte de esos
rescoldos fueron llevados al mausoleo familiar, otra al potrero en
que fuiste feliz y el resto, señalaste, estaría en tu obra póstuma, que
hoy conoce la luz pública. Pero he aquí que nadie te recuerda. A
la cita acudieron sombras y vagas presencias.
12:45 P. M.
De pronto te percatas que has fallecido por segunda vez. Eres par-
te de un guión que nunca nadie leyó, un argumento del que nadie
se hizo cargo. Una trama estúpida del lado que se le vea. De re-
pente te viene a la memoria tu última etapa en hospitales, en salas
* Poeta, ensayista y bloguero zacatecano.
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Testimonio de un poeta ante la presentación en Guadalajara de las obras
completas de Severino Salazar.
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21/10/15 15:05