Tema_y_variaciones_44_completa - page 149

Vicente Francisco Torres
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Si revisamos las portadas de las ediciones originales de
El
mundo es un lugar extraño
y
Desiertos intactos
, que realizó la edi-
torial Leega, veremos que son collages preparados por el mismo
Salazar: hay un reloj para el tiempo, un montón de calaveras para
la muerte, la tortuga saliendo del huevo para la persistencia, la pi-
rámide para hablar de las aspiraciones humanas a lo divino, el cie-
lo, el mar y el desierto como referencias a la inmensidad y al espa-
cio, las cactáceas como elementos primordiales del desierto… Así
operaba la imaginación de Severino, quien por cierto también rea-
lizó la portada para la edición original de mi libro
Esta narrativa
mexicana
. Sobre una postal de rebozos, recortó y pegó una boca
abierta que tenía, en lugar de úvula o campanilla, un botón de en-
cendido para significar que sobre ese material mexicano había entre-
vistas. Lo curioso del hecho es que una profesora, que quién sabe
qué tenía en su cabeza, se atrevió a afirmar que esa era una ilus-
tración pornográfica. Por otro lado, a las primeras ediciones de
El
mundo es un lugar extraño
y
Desiertos intactos
, les faltó la mano
de un corrector de estilo porque hay demasiados errores que inte-
rrumpen la fluidez del relato. Asimismo, la relectura de
El mundo
es un lugar extraño
destaca que, a pesar de tratarse de una nove-
la de voces, éstas no están diferenciadas y el lector no puede iden-
tificar el habla de cada uno de los entes de ficción.
Por sus temas, por su lenguaje y sus símbolos, los libros de Sa-
lazar siempre estuvieron cargados de sentido. Pues bien, a esto
hay que agregar los nombres de sus personajes y de algunos de
sus espacios que, muy a menudo, remiten a la mitología griega.
La hija de don Valente muere al caer a un precipicio cuando
cortaba narcisos. Esto puede interpretarse como un castigo a su
búsqueda febril de la belleza. Por esto la familia deja la sierra her-
mosa y se traslada a la ciudad; es expulsada del paraíso. La cantina
del pueblo se llama Las cumbres del Olimpo; hay dos cazadores
llamados Cástor y Pólux; el cantinero se llama Janímides; el potre-
ro de don Valente se llama Eleusis y su hijo es Demeterio. Hay aquí
un juego con los misterios eleusinos que Gordon Wasson y otros
estudiosos
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vinieron a poner en claro hasta l978. Y si renacer de
la muerte era el secreto de Eleusis, Salazar dirá que nuestra vida
sólo es eso: una cadena de nacimientos y muertes. La obra de Se-
12 
R. Gordon Wasson
et al
.,
El camino a Eleusis. Una solución al enigma de
los misterios
, pp. 9-94.
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