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Tema y variaciones de literatura 44
ción de algunas obras en Zacatecas hasta que, en un gesto de des-
prendimiento absoluto, taponea sus fosas nasales con cera, quema
su lengua y su garganta con aceite hirviendo, se revienta con púas
de maguey los oídos y frota sus ojos con arena candente del de-
sierto. Después de esto, fue quemado vivo.
Aunque el punto de contacto entre las dos historias de la no-
vela podría ser la vida del santo —que restaura Mariano Rodrí-
guez—, lo que en realidad constituye sus vasos comunicantes es
la semejanza de algunas situaciones y de algunos oficios pero, so-
bre todo, la similar visión del mundo que tienen los personajes de
ambas fábulas: la vida es algo ruin, doloroso y lleno de misterio; es
una caótica mezcla de santos, pecadores y perversos hipócritas.
Sin pecadores y miserables los santos no tendrían ninguna razón
de ser. Aquí es donde cobra sentido el epígrafe de Walker Percy:
las catedrales y sus vanas esperanzas deben estar junto a los
ebrios, drogadictos, prostitutas, rufianes, enfermos y sodomitas.
En los cuentos de
Las aguas derramadas
(1986) reaparecen
algunos personajes de
Donde deben estar las catedrales
y los di-
versos sitios que son parte del mundo literario de Severino Salazar:
Tepetongo, Juan Chorrey, San Pascual y Presa de Víboras.
Si en su primera novela aparecía la catedral como símbolo del
afán trascendente del hombre, en
Las aguas derramadas
encon-
tramos el burdel como un signo terrenal, como un recurso para
buscar el vértigo de la vida y de los sentidos.
En
Las aguas derramadas
el autor se hizo dos grandes pregun-
tas: ¿qué es la vida y para qué vivimos? Y lo que encontró fueron
vidas que se riegan y se pierden. Seres que construyen catedrales,
se hacen malvados o santos para que algo quede de ellos, para
que sus años no sean como las aguas de los ríos a que alude Rulfo
en “Paso del norte”, que pasan sin comerse ni beberse.
Las historias de este libro entregan varias respuestas demole-
doras a las preguntas: “Ahora aprendía en carne propia que la
vida todo lo devora, de todo se alimenta y tira la basura a cual-
quier lado”.
6
Y el acto de vivir se expresa con párrafos como éste:
Cuando el amor se manifiesta por primera vez en cualquiera de sus
formas, es siempre el mismo problema para todos los hombres. Pero
la manera de enfrentarlo es diferente. Hay criaturas que traen en el
6
Ibid
.,
Las aguas derramadas
, p. 173.
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