Contra un Diseño Dependiente - page 206

e)
Economía.
f)
Consideración preliminar de organización espacial y formal.
g)
Consideración preliminar de organización estructural.
h)
El establecimiento de una "forma" apropiada o concepto genera­
lizado.
3.
El desarrollo de la "forma" hacia un esquema final:
a)
Consideración detallada de una organización espacial y formal.
b)
Consideración detallada de la estructura.
c)
El desarrollo de valores arquitectónicos.
4.
La presentación del esquema final.
Primero que todo, en nuestros términos esta secuencia es un proceso de di­
seño, no una secuencia de decisión. La fase 2 incluye la preparación de un
esquema en bosquejo, que es después considerado en detalle en todos los
temas durante la fase 3. Como veremos, esto es una característica esencial
del proceso de diseño arquitectónico más conocido: El plan de trabajo del
Riba (1955).*
El método de Thornley tenía la intención específica de ser un recurso de en­
señanza sobre el cual un asesor podía referir el trabajo del alumno. Cada
etapa era evaluada, puesto que previamente se daba una sola calificación a
cada esquema, después de evaluarse los dibujos de presentación, y esto
hacía que se le restara un valor excesivo a los dibujos en sí mismos.
El método pasó por varias metamorfosis como resultado de las experiencias
de la Escuela de Manchester. Un cambio muy significativo, investigado por
Bell y desarrollado por Buttle, ocurrió durante la 2a. etapa, en la que el estu­
diante concluía su investigación sobre el programa, preparando un tema de
diseño y escribiéndolo concisamente, lo cual era descrito como "un resumen
claro y agudo de la totalidad del objetivo arquitectónico". La substancia en la
preocupación de Bell era que muchos estudiantes se atascaban en las exi­
gencias del resumen y en el estudio de la practicabilidad de sus esquemas
hasta el punto de que no tenían ya un propósito claro; se olvidaban los valo­
res arquitectónicos. De las entrevistas grabadas, queda claro, como lo dijo
Thornley, que la mayoría de ellos estaban mucho más avanzados en su pro­
ceso mental y alcance de ideas de lo que sus mismos diseños sugerían. Por
lo tanto la solución a este problema particular parecía residir en la verbaliza-
ción; se le pedía al estudiante que escribiera un resumen de sus intenciones
de diseño lo cual, a diferencia de cualquier tipo de boceto o modelo, no le
permite comprometerse en esta etapa con ninguna organización específica
de formas. El tema mismo puede definir el propósito del edificio e indicar „ Lo jnc|uído entre parénte
normas aceptables de funcionamiento. Puede indicar las relaciones del edifi-
s¡s es textuai.(N. del T.)
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