ll. APRENDER A DISEÑAR COMO DISEÑA LA NATURALEZA
mar infinito de formas siempre iguales, pero siempre diferentes (autosemejanza) ;
y
cada punto
amplificado renueva inagotablemente, el arsenal infinito de propuestas formales . Un acerca–
miento mayor dará siempre una imagen más profunda, más escondida, más enmarañada entre
las complejidades del nuevo continente geométrico. Si ayer creímos que el caos era esa cosa ma–
ligna que destruía el orden de lo simple, ahora empezamos a sospechar que el orden percibido
es sólo el remanso superficial de un mundo inagotablemente complejo.214 No obstante, si toda
amplificación de un punto del universo fractal hace estallar un nuevo universo visual, una forma
compleja ya no es algo estático y aislado, sino el puente momentáneo que nos conduce a otros
universos sensoriales.
Por otro lado, medir es un acto incompleto porque al medir algo excluimos necesariamente al
resto del universo; evaluar un objeto es una actividad truncada porque involucra considerar algo
con exclusión de todo lo demás. No obstante, medir algo es como presentir el resto de las cosas
(las no medidas), ya que ese resto que nos queda por medir es
el
inverso de nuestra operación:
(l!n), la inmensa, la inagotable mayoría del universo.
2l5
Así, a la pregunta: ¿para qué sirven los
fractales?, Bernard Sapoval responde con otra pregunta: ¿para qué sirve el cUbO?216 De manera
análoga, a las preguntas: ¿para qué sirve medir, si toda medición es incompleta?, o ¿para qué
cambiar de geometría si sólo se trata de otra aproximación al conocimiento del mundo?, podría–
mos responder con otra: ¿para qué sirve inquirir sobre el mundo si nunca sabremos la respuesta
completa? Si
el
microscopio y el telescopio nos abrieron fronteras para reconocer universos
fantásticos del todo inexistentes para el
ojo
desnudo, si nos proporcionaron un conocimiento
nuevo sin el cual no sería posible la cultura tecnológica en la que vivimos, ¿por qué dudar de que
las ciencias de la complejidad nos puedan abrir el umbral a otros universos del conocimiento,
no menos fantásticos y complejos, ante los cuales hemos permanecido ciegos durante muchos
siglos sólo porque nos enseñaron a ver las cosas a través del lente ideológico de lo simple? Es de
esperar que si nos pusiéramos los lentes mentales de lo complejo, seguramente aprenderíamos
a maravillarnos de todo aquello que por ceguera ignorábamos; si nos fuera bien, podríamos
beneficiarnos del saber adquirido. En concreto, no sería nada malo que, así como lo hicieron el
microscopio y el telescopio, las computadoras, junto con su geometría fractal y las que estén por
venir, nos abrieran las fronteras invisibles alojo y la mente desnudos.
Reiteramos, la geometría fractal es una nueva manera de calcular, describir, explicar, dibuj ar,
diseñar, concebir las formas complejas, irregulares, fragmentarias , quebradas e interrumpidas, to–
cando eventualmente aquellas que son de utilidad para los diseñadores. En palabras de Talanquer:
"El interés de generar objetos fractales [.. .] es muy diverso: representar imágenes, hacer modelos,
analizar patrones, identificar estructuras'; además del placer de explorar continentes geométri cos
desconocidos. De hecho, el análisis del zoológico de las formas fractales nos ha indicado una ruta
para generar, almacenar
y
transcribir información; los fractales han venido a redefinir nuestras
ideas sobre la concepción de las formas, sobre su gestación
y
crec imiento, sobre su graficación
y
representación; por otro lado, la tecnología digital ha facilitado extraordinar iamente el cálculo,
214Cf·
Dereck Parrot,
Fractals,
<
.
215
Cj,
J.
Briggs y
F.
D. Peat,
op.
cit.,
p. 148.
216
eJ,
Bernard Sapoval,
op.
d t..
p. 256.
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