11. APRENDER A DISEÑAR COMO DISEÑA LA NATURALEZA
sensibles pero, si los matemáticos diseñan ecuaciones para interpretar al mundo, los diseñadores
diseñan objetos materiales con el propósito de mejorar las condiciones de bienestar local.
Es casi una tautología decir que los objetos simples desempeñan tareas simples, y que los
objetos complejos desempeñan conductas complejas. En el mundo de la Naturaleza se dise–
ñan moléculas, tejidos, órganos, seres vivos, ecosistemas, cúmulos de galaxias (estos son seres
complejos con comportamientos complejos); en el mundo de la cultura se diseñan hachas y
diversos utensilios de piedra, máquinas simples, relojes, automóviles, teléfonos celulares, com–
putadoras, Internet, casas y edificios, ciudades, etcétera. La tecnología de los objetos simples
fue la representativa de las culturas que inventaron y desarrollaron la geometría clásica; la tec–
nología de los objetos complejos -y necesariamente inteligentes- debería ser la nuestra. Si un
algoritmo es más inteligente que los datos que lo constituyen, un objeto complejo diseñado
debería ser como un algoritmo, debería ser más inteligente que la materia inerte que lo consti–
tuye. No obstante, hoy por hoy, existe un espectro de
inteligencia
en los objetos diseñados por
el hombre. Así, aunque podemos coincidir en que una computadora es más
inteligente
que el
silicio crudo que la constituye; con dificultad podemos aceptar que una silla es más
inteligente
que la madera con que se hizo.
Insistimos, así como lo logra la naturaleza compleja de los seres vivos, los objetos diseñados
deberían ser más inteligentes que los componentes elementales que los constituyen. Por ejem–
plo, las ideas unificadoras de la geometría fractal se postulan como un nuevo método para mirar
a los materiales: de las superficies irregulares de los metales, a la porosidad de las rocas y de
éstas a los paisajes fragmentados de una zona sísmica, sus propiedades de contacto dependen,
no de los materiales involucrados, sino de la cualidad fractal de sus superficies.
21O
Visto así, la
eventual estrategia fractal en el diseño de los materiales para la construcción redundaría en me–
nos densidad, más resistencia, menos costo, más flexibilidad y más durabilidad.
2l1
Desde luego, volvemos a insistir, los fractales representan una inmensa, una inagotable familia
de formas: ricas, complejas, inusitadas, sorprendentes, activas ... algunas de las cuales podrán
servir para nuestros propósitos de diseño. Ahora bien, si las leyes para la formación de los pro–
cesos y formas naturales, incluidos el pensamiento y el diseño humanos, se aproximan mejor a
la geometría fractal que a la euclidiana, entonces deberíamos tratar de rescatar esas leyes - has–
ta ahora ignoradas- para emplearlas deliberadamente en el diseño: desde lápices y sillas hasta
máquinas, computadoras, redes y megalópolis; todos ellos, por supuesto,
inteligentes.
Si para
construir sus obras maestras nuestros maestros tomaron como modelo las formas simples de la
geometría euclidiana, quizá nuestros sucesores tomen como inspiración las formas de las fl amas,
de los tejidos orgánicos y de los ecosistemas, sólo que ahora apoyados en las herramientas de la
2 10
¡bid.•
pp. 104 Y106.
2 11
"Una de las ideas más excitantes que se estudian en Japón. consiste en buscar estructuras fractales que pudieran resu ltar
relativamente fáciles de hacer para emplearlas en la industria de la construcción. Al llenar densamente el espacio que las contiene y
utilizando la menor cantidad de material que es posible. d ichas estructuras fractales pod rian resistir tanta carga co mo los tabiques
tradicionales. serían mucho más ligeros
y.
obviamente. más baratos. Además. por no ser com pletamente sólidos en
el
sentido eucli–
diano. su
porosidad
los dotaría de características curiosas
y
ciertamente extrañas: una mayor nexibilidad y compresibilidad e1evaria
su punto de rompimiento bajo presió n. tendrían una mayor resistencia a las inclemencias del medio ambiente. además de ser más
durables y. lo más importante. le darían a las construcciones un meca nismo hOl11eostático que ca mbiaría el concepto de los
edificios
inleligenles
a los
edificios vivos':
Césa r Monroy O livares.
op. cil.
pp. 309-310.
[121
J
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