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¿DISEÑAR CON FRACTALES? ¡VAYA UN ABSURDO!
Esta verdad no se nos ofrece en la palabra de Dios, sino en su obra, no descansa en el testimonio de
la Escritura o de la tradición, sino que se halla constantemente ante nuestros ojos. Es legible tan sólo
para aquel que conozca los rasgos de la escritura que la expresa y sepa descifrarlos. No es posible
revestirla de puras palabras, pues la expresión correspondiente y adecuada es la de las formas mate–
máticas, las figuras y los números; pero con éstos, se nos presenta en forma perfecta, sin solución de
continuidad y en transparente claridad. La revelación nunca llega por la palabra [...] siempre multí–
voca y oscilante [...
].189
Dadas estas circunstancias, si el mundo es escritura, lo que faltan son lectores sabios, deco–
dificadores directos de la naturaleza. 19o Además, no estaría mal que, si quisiéramos emular la
escritura de los dioses , los humanos aprendiéramos primero parte de sus
alfabetos
ocultos y que
inventáramos escrituras menos limitadas y más cercanas al concepto del
Libro de la Naturale–
za,
que al de las Sagradas Escrituras escrito por el dedo de Dios (dictado por Él a sus profetas).
Aprender a escribir un poco más con los materiales de la naturaleza, sean físicos, químicos o
biológicos (¿Internet basado en tecnología óptica, cuántica o biológica; neo-escrituras basadas
en el código genético?) y también - ¿por qué no?- con el lenguaje geométrico del caos determi–
nista y de los fractales; aprender a escribir así sería iniciar otra vez el camino para reescribir, a
nuestra escala, el
Libro de la Naturaleza.
Más allá de las metáforas en el campo de la ciencia, en la arquitectura y en el arte el tema
también tuvo sus protagonistas. Dibujar con ayuda de las matemáticas no es cualquier cosa, en–
tre otros muchos, era el sueño de Alberti y de Leonardo,191 de Luca Paccioli y de toda esa larga
tradición fomentada por quienes encontraban en la
proporción áurea
la clave de la naturaleza,
y el modelo para la arquitectura y el arte. Pensar en las formas como estandartes visuales de los
números fue la tarea de algunos visionarios del movimiento moderno tales como Le Corbusier y
van Doesburg. Por otro lado, nadie duda que dibujar a mano la forma visual puede ser una forma
de arte, pero dibujar mediante la ayuda de métodos matemáticos es -además- una forma de
conocimiento. En este último caso, dibujar es comprender una fracción del mundo más allá de su
mero contenido visual, es modelarlo más allá de la forma externa y conocer algo más de sus en–
trañas, es comprender los procesos que le dieron vida, es vincular la vista con la mente a niveles
más profundos, es aprender a descifrar y modelar el mundo a partir de su rostro visual.
Sin embargo, ni duda cabe que nuestra percepción del espacio está históricamente
cargada
con los dados de la geometría euclidiana. Ivar Ekeland es contundente cuando afirma:
Estos cinco cuerpos regulares [platónicos] constituyeron desde los griegos el sustrato geométrico de
nuestra percepción del espacio. Aún hoy, no concebimos la mejor manera de ocuparlo más que con
cubOS.1
92
189
Ernst Cassirer,
La filosofía de la Ilustración
(1932),
FCE,
México, 2000, p. 60.
190
eJ,
Giorgio Raimondo Cardona,
op.
cit.,
p. 64.
191
Para Leonardo la pintura era la demostración humanista del conocimiento universal; véase Margaret Lovejoy,
op.
cit., p. 22.
1
9
' Ivar Ekeland,
op.
cit.,
p. 154.
1...,108,109,110,111,112,113,114,115,116,117 119,120,121,122,123,124,125,126,127,128,...144