11. APRENDER A DISEÑAR
COMO
DISEÑA LA NATURALEZA
del pensamiento y confundía la comunicación entre los hombres.
179
Fue dentro de este contexto
que Bacon, el poderoso Lord Canciller de Inglaterra, ofreció el discurso mismo de las cosas para
reemplazar el discurso de las palabras. 18o Por otra parte, la repulsa mayúscula de Robert Boyle
por todo el embellecimiento inútil le hizo decir:
mi inclinación por un saber real ha generado en mí aversión
y
desprecio por el estudio vacío de las
palabras. 181
Decididamente, Boyle señaló los dos caminos que llevaban al conocimiento de Dios: la con–
templación de su Obra, primero, y el estudio de su Palabra, después. 182 Joshua Childrey, otro
ferviente baconiano, advirtió: "[ .. .] el rostro de la verdad no debe desfigurarse embadurnándolo
con los afeites del lenguaje';183 mientras que George Thompson clamaba: "Obras, no palabras;
cosas, no pensamientos; química, no filología ; operaciones, no meras especulaciones [... ]"184
El rechazo a la palabra también se hizo evidente cuando, al desconfiar de las palabras , Galileo
prefirió las matemáticas a los discursos; cuando Galileo afirmó que:
La filosofía está escrita en este grandísimo libro que continuamente está abierto ante los ojos (quiero
decir el universo), pero no se lo puede entender, si primero no se aprende a comprender la lengua
y
a
conocer los caracteres en que está escrito. El libro está escrito en el lenguaje matemático
y
los caracte–
res son triángulos, círculos
y
otras figuras geométricas, medios sin los cuales es imposible comprender
humanamente siquiera una palabra [...j185
El rechazo era obvio cuando se buscaba alfabetizamos más con base en formas visuales que
con palabras vanas. Harvey buscó la verdad en el
libro de las criaturas,
escrito por el mismo
Dios, pero evitó engañarse con los
comentarios
escritos por sus congéneres. 186 La ciencia inten–
taba descifrar el alfabeto de las formas de las cosas del mundo. 187 Locke se refirió a las palabras
como un "perfecto engaño': En fin, casi todos instaban al "estudio de las cosas" con el propósito
de evitar "la chusma de las palabras':188 Ante el panorama de ese entonces, Cassirer aclara:
179
ej.
Paolo Rossi,
op. cit.,
pp. 183 Y184.
180
ej,
David R. Olson,
op. cit..
p.
190.
181
Robert Boyle, "Considerations Touching the Style of the Holy Scriptures': 1653, 1661, citado en Paolo Rossi.
op. cit.,
p. 185.
182
ej,
David R. Olson,
op.
cit.,
p.
195.
183
Joshua Childrey, "Britannia Baconia': 1660, citado en Paolo Rossi,
op.
cit.,
p. 185.
184
George Thompson, citado por Paolo Rossi,
op.
cit.,
p. 185.
185
Galileo Galilei,
II Saggiatore,
capítulo
6,
citado por Giorgio Raimondo Cardona,
Antropología de la escritura,
Barcelona, Gedisa,
LeA 3, 1999, p. 191; véase también David, R. Olson,
op.
cit.,
p. 195.
186
ej,
Abraham Cowley, "Oda al doctor Harvey': comentado por Frank , 1980, p. 103, en David, R. Olson,
op
cit..
p. 185.
187
[bid.,
pp. 194 Y195.
188
Elisabeth
L.
Eisenstein,
Ihe Printing Press as an agent ofchange,
1979, citada en David, R. O lson,
op. cit.,
p. 19 1.
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