con los deberes consuetudinarios. Siendo ello asi, no bay seguridad de que acabe
por resultar democrática. Fue más o menos accidental que Rousseau valorase cn
mucho una sociedad sencilla cn la que no existiesen diferencias notables dc rango.
l^as
virtudes dc lealtad
y
patriotismo que admiraba principalmente y la gloria dc
encontrar la felicidad en el bienestar de! grupo no tienen por necesidad que hacer
referencia especial a la democracia. Es diíícil decir si Rousseau pertenece más exac–
tamente al republicanismo jacobino o a una reacción conservadora.
EL HOMBRE COMO ClUUAlíAMO
Conviene cstehiecer una distinción entre dos periodos de la obra política de Rous–
seau, un periodo formahvo, que aproximadamente corresponde a 1754-5S, en ul
que dio forma a sus propias ideas en oposición a Diderot,'
y
el periodo en cl que
preparó para su publicación la versión final del Coiitrílo social, aparecido en ¡76Z.
Muchos críbeos han percibido una discrepancia lógica fundamental entre las obras
de esos dos periodos, descritos por Vaugban como "el individualismo retador del
Diícourj sur i'in¿gaíit¿"
y
"el igualmente retador colectivismo del Contrat sociaf.
Es cierto que cl propio Rousseau no sentia tal oposición; dice cn las Coníesionel
que "todas las ideas vigorosas del Contrato social se habían publicado antes en el
JDiscorío sobre el origen dc la desigualdad". En general, la opinión de Rousseau
era conecta, aunque también es cierto que cn todos sus escritos abundan las ideas
lógicamente incompatibles. Gran parle de lo que parece "individualismo retador"
persistió en el Contrato social
y
ninguna de sus obras puede ser reducida a un
sistema lógicamente consistente. La diferencia entre las obras primeras y el Contrato
social consiste en que en las primeras se estaba liberando de una filosofía social
con la que no simpatizaba y en la última estaba tratando de expresar, con toda
h
claridad do que era capaz, una contra filosofía propia.
La filosofía socia! de la que tuvo que desligarse Rousseau era e! individualiiino
sistemilico que, en la época en que escriba, se atribuía a Locke. Sostenía esa
doctrina que el valor de todo grupo social consiste en la felicidad o satisfacción
que produce a sus miembros y en especial en la protección de! derecho que les es
inherente a poseer propiedad y gozar de ella.
Las
seres humanos se ven llevados
3 la cooperación por el egoísmo ilustrado y un minucioso calculo dc las ventajas
individuales. Una comunidad es esencialmente uhlitarista; no tiene cn sí ningún
valor, aunque protege los valores; el motivo en que descansa es el egoísmo uni–
versal; y contribuye sobre todo a la comodidad y seguridad de sus miembros. Rous–
seau atribuía con гзгоп esta filosofía tanto a Hobbes como a Locke, Contra Hob–
bes adujo la pertinente objeción de que la guerra de lodos contra todos atribuida
a los seres humanos en estado de naturaleza corresponde en reahdad a las "perso–
nas públicas" o "seres morales denominados soberanos",* Los hombres no luchan
en cuanto individuos aislados, sino cn cuanto ciudadanos o subditos.
El autor que mis contribuyó a liberar
a
Rousseau de este individualismo fue
Platón. Con Rousseau comienia, en realidad, una nueva era dc la influencia clásica
> La
obras principales de «le pcnodo íuerun
ÍI
DÍSPOUTÍ MU
rínígafitó (1751), el arltculo
di b EncyclopMÍc sobre "Economic poìil'^uf" (1755), un opitulo supriiDÚla, "De Ь locìélé
gédécale dg Retire hanidin" (i, ii), de li piimcra ledictión del СипСпГ
sodtl, y yaiot
IragitlenEos
inídilos. U mejor edicií
TI
inglesa
в
la de C, E, Viughin, Polilical
Wntinp
of /ып JacqMa
Roirseari, 2 vali., Cambridge, J915, Las obras publicadis «19n hidacid»
pnv
С D, H,
Co]t ^
The
Social Contnct and
Discorirscs (Eveiymim's Libiu;), [Del Centralo у los Discorjos hif vi-
liis cdiiioirei espafiolas,)
*
tramenio sobie L*^far
de
guerre, Viiiglian, voi. I, p. 295.
en la filosofia politica que se extendió por intermedio del hegelianismo у qiie era
mis aulÉníicnmente gnega que el scudoclasicismo del siglo xvirt.
Lo
que Rousseau
sacó de Plalón fue un esquema general. Compicndia en primer lugar 1л convicción
dc que la sujeción política es esencialmente ética y sólo dc modo secundario pro­
blema dc derecho y poder.
En
segundo lugar —y esto cs mis importante— tomó
de Platón la presunción, implícib en toda la filosofia de la ciudad-estado, de que
la comunidad es el principal mstiumento de moralización y representa, en conse­
cuencia, el valor moral mis alto.
La
filosofía a la que se opuso Rousseau partía
de individuos plenamente formados; les imputaba un compiemenlo adecuado de
intereses y la facultad de calcubr —un deseo de felicidad, la idea de propiedad,
cl poder de comunicarse con otroí hombres, dc comerciar con ellos, de pactar con
ellos y, por último, de crear un gobierno capaz, de dar fuerza al pacto—, Plalón
estimuló a Rousseau a que se preguntase de dónde sacaban los individuos todas
esas capacidades si no era de la sociedad, Deulro de una sociedad puede haber
individuaLdad, libertad, egoísmo, respeto a los pactos; fuera de ella no hay nada
moral. De ella obtienen los individuos sus facultades mentales y morales y por
ella llegan a ser humanos, la categoría moral fundamental no
cs
el hombre sino
el ciudadano.
También contribuyó a llevar a Rousseau a esta conclusión el hecho de ser
ciudadano dc Gmebta, Es difícil ver en su juventud que ello ejerciese ninguna
influencia tangible sobre él mientras siguió siendo ciudadano ginebrino, peto mis
tarde lacionahíó e idcaliió ese hecho. Ello puede verse en la dedicatoria que
encabeza el Discurso sobre el origen de la desigualdad, escrita en
una
época cn
que estaba pensando en establecerse en Ginebra, Esta idealización de la ciudad-
estado fue una de las razones de que su filosofía politica no llegase nunca я lencr
una
articulación intima con la política contemporánea, Л1 formular
una
teoría
no
contemplaba nunca al estado on escala nacional y al escribir sobre problemas con–
cretos, sus opiniones tenían poco que ver con sus teorías. El propio Rousseau no
era en ningún sentido nacionalista, aunque su filosofía contribuyó al nacionahsmo.
Al resucitar la intimidad de sentimiento y la reverencia que comportaba la ciuda–
danía en la ciudad-estado, permilió que se aplicasen, al menos como colorido
emotivo, a ia ciudadanía del estado nacional. Consideraba el cosmopolitismo im–
plícito en el derecho natural
como
mero pretexto para eludir los deberes de ciu–
dadano.
Durante los dos años en que se estaban formando sus ideas políticas propias,
Rousseau se preocupó especialmente del significado de expresiones convencionales
tales como el "estado de naturaleza" y el "hombre natural", que eran a todas
luces incompatibles con
su
idea de que fuera dc una comunidad los hombres no
tienen cualidades morales. Una diferencia dc opinión cn este punto con Diderot
inició entre los dos homhres la querella que duró toda la vida. El volumen de la
Enciclopedia publicada
en
1755 tenía
un
artículo sobre el derecho nahira!, debido
a Diderot y otro sobre economía política escrito por Rousseau: aproximadamente
pot ia misma época, éste escribió una crítica del artículo de Diderot destinada al
Contrato socia), que no incluyó más tarde en la redacción definitiva de esta obra.
El articulo de Diderot era un floreo retórico de ideas convencionales; El hom–
bre es racional;
su
tadonalidad le someto a la ley de igualdad natural; el patrón
para juzgar la moral y el gobierno es la voluntad general de la especie, encarnada
en el derecho y las prácticas de los pueblos civilizados. Su mismo
coni
'encionalis-
mo hada de él un objetivo adecuado para cl ataque de Rousseau; éste disenlía de
todos y cada uno de los artículos del credo aceptado. En primer lugar, la sociedad
1...,212,213,214,215,216,217,218,219,220,221 223,224,225,226,227,228,229,230,231,232,...271