influyeron en la percepción y uso del mismo. Ta!
es el caso del arreglo de la entrada, que en algtmos
proyectos proporciona un mayor sentido de se–
guridad que en otros, rgualmente, en los predios
donde no se han bardeado las colindancias, o cuan–
do ias bardas son bajas, los vecinos expresan tema–
res de inseguridad por este motivo. También ei
propio tratamiento de las llamadas "áreas verdes"
condicionó el uso y, por lo lanio, la percepción de
eslos espacios. Cuando las áreas libres están llenas
de arriates, rosales y otros adornos por ei estilo,
el juego de niños o el tendido de ropa se vuelve
más difícil y, por lo tanto, en motivo de conflic–
to entre los vecinos.
Otro motivo potencia! dc conflicto deriva–
do del propio diseño de las viviendas es la cons–
trucción vertical. La división de los ocupantes en–
tre "los de arriba" y "los de abajo" implica nuevos
problemas en cuanto tendido de ropa, inundacio–
nes, basiua etc. Sobre todo, en este sentido, se in–
trodujo un elemento nuevo - la escalera y pasillo
de acceso - de uso común, pero cuya posible
apropiación particular puede causar problemas en–
tre los vecinos. Este problema se agudiza por
lo reducido de las viviendas, ya que por la falta
de espacio para guardar cosas, tender ropa, etc. se
utilizan los pasillos para ello.
En general, sin embaigo, son mucho me
ñores los motivos de pleito por espacios y servi–
cios comunes que anles.
Igual que cuando se
necesitaba compartir tales espacios y servicios,
anteriormente, la eliminación dc esta necesidad
también suscita actitudes ambivalentes.
Estos
sentimientos se
expresaron claramente por una
entrevistada:
"Mejoramos en todo, sobre lodo porque le–
ñemos todos los servicios dentro de la ca–
sa...antes platicábamos mientras lavábamos;
ahora no se facilita ni la comunicación ni la
plática"
Expectativas en Torno a las relaciones Vecinales
Futuras "Ahora que somos Propietarios
Muy pocos de los beneficiarios del pro–
grama Renovación Habilacional popular se ha–
blan dado cuenta cabalmente de las implicaciones
dc convertirse en propietarios de la vivienda que
' habitan. Entre las opiniones expresadas fren–
te a las indagaciones en este sentido, predo–
minan las que vieron atributos, casi mágicos, en
el hecho de la propiedad en sí. Tal actitud refleja
el ideal dominante en México de la propiedad
privada de la vivienda, ideal con raíces históricas
en la lucha por la tierra y que ha sido amplia–
mente fortalecido por la política habitacional de
las últimas décadas.
"Esperamos que las relaciones sean mejores,
ya que vamos a vivir siempre juntas."
"Ahora que somos propietarios, habrá cam–
bios; no habrá el problema de la drogadic-
ción"
Olro grupo dc los enlrevislados, sin
perder el tono optimista, reconoció que el hecho
de ser propietarios impone un nuevo régimen de
relaciones vecinales y nuevas responsabilidades co–
lectivas:
"Ahora que somos propietarios, todos debe–
mos de llevarnos mejor entre nosotros, para
entre lodos cuidar mejor nuestras casas."
"Si antes cuidábamos las viviendas, ahora las
vamos a cuidar más. ya que cs nuestra y nos ha
costado."
Así, casi lodos creían que, por ser propieta–
rios, habría más unión. Algunos pensaron
que
esta unión resultarla aulomálicamente dc la pro–
piedad; oíros cmiiezaron a darse cuenta que las
respoosibilidadcs y problemas asociados con la pro–
piedad de la vivienda iban a requerir un mayor gra–
do de unión enirc los vecinos, eo el futuro. En–
lre ci primer grupo, aunque ios entrevistados in–
sistieron en que se sentían más unidos en su nue–
va vivienda, se manifestó una ausencia notable de
capacidad organizativa e, inclusive, en algunos
casos, ya se habían registrado brotes de conflictos
incipientes entre los vecinos del predio. Por con–
traste, el segundo grupo de los más realistas co–
rresponde, en términos generales, a los ocupantes
de aquellos predios donde se habían empezado a
enfrentar las tareas de la gestión colectiva de los
condominios vecinales.
Hor último, no fallaron las actitudes ambiva-
icnles reme al efeclo de ser propietarios de sus vi–
viendas sobre las relaciones vecinales. Sobre lodo.
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