se empezó a reconocer que la propiedad privada
podría inducir problemas de individualismo entre
los vecinos:
"Ahora, cada quien cuida sus propias cosas
y
esto puede acarrear problemas entre nosotros"
Perspectivas para la Oi^nizaclón Vecinal para ta
Administración y Mantenimiento de los Condomi
nios
A partir de ias consideraciones anterio
res, se puede empezar a discernir las condicio
nantes que, de manera positiva o negativa, influi
rían en la organización vecinal para la admi
nistración y mantenimiento de los conjuntos habi
tacionales construidos
y rehabilitados por el
programa Renovación Habitacional Popular.
Por un lado, tal organización se facilitó
por el hecho de que, en la mayoría dc los casos,
los vecinos, o condominos, se conocían entre sí
desde hace bastante tiempo. Habían compartido
la experiencia y las angustias de los temblores, la
inccrtidumbrc posterior; luego, el trato con el
organismo de Renovación Habitacional Popular,
la vida difícil en la vivienda provisional y, por fm,
el estrenar la vivienda nueva. Por lo mismo, en los
casos (el 40% aproxhnadamente) donde hubo
cambios sustanciales entre los residentes del pre
dio, probablemente se hizo más difícil la organi
zación para el mantenimiento.
En todo caso, entre la mayoría de los benefi
ciarios, existía la conciencia generalizada de la ne
cesidad de organizarse para asegurar el cuidado
correcto de las viviendas. Inclusive, habían recibido
indicaciones en esle sentido de parte del pro
pio organismo de Renovación Habitacional Po
pular, Sin embargo, sentir una necesidad de que
se haga algo es una cosa; saber cómo hacerlo, es
otra. Muy pocos de los beneficiarios tenían en
claro ni siquiera cuáles eran las tareas que ten
drían que enfrentar colectivamente en su condo
minio, ni mucho menos cómo organizar la autoad
ministración de su condominio. Inclusive, no falta
ron las opiniones en el sentido de que el mismo or
ganismo de Renovación debía "realizar juntas para
organizar a la gente."
La contradicción entre la voluntad expues
ta por 'ayudarse entre lodos" y la capacidad para
llevar a cabo este esfuerzo, se manifiesta en el
Cuadro no. 2.S. Más del 40% de los encuestados
manifestaron que no exislía organización algu
na para el mantenimiento de su condominio. Es
interestanie notar, también, que los consejos de re
novación no habían asumido esta tarea, como ten
dencia general,
mientras que las asociaciones
formadas a raíz del sismo aparentemente estaban
jugando un papel importante para el mantenimien
to de los conjuntos.
En la mayoría de los casos, la organiza
ción para la administración del condominio no
era más que un acuerdo entre vecinos que asigna
las tareas de limpieza de las áreas comunes: so
bre todo del "patio" y, en menor grado, de las es
caleras. En muchos casos, también, se había em
pezado a pagar cuotas mensuales a un fondo co
mún para la limpieza y mantenimiento, pero lo
modesto de tales contribuciones - S 1,000 a S2,S00
mensuales - demuestra los alcances limitados de
las tareas dc mantenimiento previstas.
Por otra parte, a Iravés de las entrevistas
colectivas y comentarios anotados en las mismas
encuestas, se advirtieron múltiples quejas e in
conformidades en relación con la administra
ción del condominio. A veces las inconformi
dades tomaron la forma de acusaciones directas
en contra de "el administrador" por malgastar las
cuotas de mantenimiento, o del presidente
del
consejo de renovación, por abusar de sus privi
legios. La actitud más generalizada fue, sin embar
go, la de estar a la expectativa para recibir instruc
ciones de Renovación Habitacional Popular de
cómo debería llevarse el mantenimiento del con
junto.
Lo cierto es que, hasta enero de 1987 por
lo menos, los beneficiarios del programa Renova
ción Habilacional Popular teman muy escasos co
nocimientos acerca de la manera de llevar su or
ganización de auto-administración.
Para con
cluir este capítulo, se presentan algunas conside
raciones breves sobre los problemas concretos que