con sus hijos para volar papalotes. Es preciso entonces moverse caute–
losamente por entre los alborotados niños, las pelotas que saltan y los
hilos de los papalotes"
¿Es entonces el Zócalo un lugar controlado o, por el contrario,
constituye un ejemplo de plaza abierta y democrática? En las entrevis–
tas con los habitantes de la ciudad las opiniones difieren mucho entre
sÍ. El único consenso consistía en que el Zócalo es un lugar para actos
masivos, utilizado por grupos de interés estatales, políticos o sociales .
Es un lugar de muchas capas, pero también un sitio discursivo que
parece poseer su propia estabilidad, a pesar de los distintos eventos y
atribuciones. Las instituciones estatales se refieren a la historia simbó–
lica que emana de los edificios y se autoescenifica ante esas fachadas
del poder. La plaza se convierte literalmen te en una tribu na d e
escenificación social.
Además de esto, juegan un papel fundamental los eventos y for–
mas de protesta críticas hacia el gobierno. Aun cuando las institucio–
nes estatales ignoren esas protestas, ellas también forjan la condi–
ción del Zócalo como centro del poder. En cierta medida la plaza
puede ser utilizada, apropiada e interpretada desde diferentes pun–
tos de vista, según el motivo, en tanto los grupos se remiten e n cada
caso a aspectos sign ificativos específicos que pueden, por añadidu–
ra, asemejarse o superponerse. En el punto de observación bandera–
explanada se revela el significado de un lugar material concreto. Las
distintas formas de apropiación de este espacio hacen referencia a
su uso como lugar de manifestación del poder y a su papel en la
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Según la época o la producción siempre aparecen nuevosjuguetes: una espe–
cialidad del Zócalo lo fueron durante meses unas pequeñas figuras plásticas en
paracaidas. Algunos ambulantes se sentaban justo a la entrada del Metro, donde hay
una reja de unos 5
X
20 ro de ancho empotrada en el suelo que sirve como condueLO
de ventilación de la estación,
y
allí vendían esos juguetes. Debido a la entrada
y
salida de los trenes, se forman allí fuertes ráfagas de
vienLO
que escapan por la reja.
Sobre todo los fines de semana, LOda la superficie que cubre la reja se veía completa–
me nte rodeada de
nii10s
que lanzaban a lo alto sus recién comprados paracaídas en
el momento en que subía la ráfaga de viemo; luego los persiguen con gran alboroto
con los brazos e n allO
y
recogen las figuras en algún punto de la explanada, para de
inmediato comenzar
el
juego otra vez desde
el
pri ncipiojumo a la reja del Metro.
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1...,247,248,249,250,251,252,253,254,255,256 258,259,260,261,262,263,264,265,266,267,...306