I. INTRODUCCIÓN N O PEDIDA
INVITADO
Л
p m c n t a i una disenación sobre el porvenir de la democracia, lema
por demás insidioso, me defiendo con dos ciías. Hegel, en
sus
lecciones de
filosofía
de
la hisioria en la Universidad de Beriín, a m e la pregunta hecha por
un esiüdianie de si lus Esiadus Unidos de A m é r i c a debiera ser considerado
c o m o el pais del m a ñ a n a , respondió, m u y molesio: " С о т о país del m a ñ a n a
los Estados Unidos de A m é r i c a no me c o m p e l e n . El filósofo no lienc que ver
c o n las proreiias ¡...] La filosofía se ocupa de lo que es cierno, o sea, de
la
raJón,
y con esio ya leñemos basianic."' M a x Weber, en
su.
famosa conferencia,
sostenida ame los estudiantes de la Universidad de M u n i c h al fínal de la guerra,
sobre la ciencia c o m o vocación, respondió al a u d i i o r i o
q u e
le preguntaba
¡ n s i s i e m e n i c T K c su
ojjinióii sobre el í u i u r o
de
A l e m a n i a : " L a cáiedra no es n i
para los demagogos ni para los proteías, "-
A u n quien n o acepte los a r g u m e n t o s utiliíados por Hegel y Weber y los
considere un pretexto, no p o d r á dejar de reconocer q u e el olicio
de
profeía es
peligroso. L a dificultad de conocer e! m a ñ a n a t a m b i é n depende del hecho
de que cada u n o de iiusoiros proyecta
cri
el f u t u r o las propias aspiraciones
e inquietudes, mientras la hisioria sigue su c a m i n o , desdeñando nuestras
preocupaciones, un c a m i n o f o r m a d o por millones y millones de pequeños,
minúsculos, hechos humanos que n i n g u n a mente, p o r fuerte que pueda ser.
jamás ha sido сараг de recopilar en una visión de c o n j u m o que no sea d e m a ­
siado esquemática para ser a d m i i í d a . Por esto las previsiones de 1оь grandes
señores
del
pensamiento se han m o s t r a d o equivocadas a
lo
largo de la hiaiorid,
comenzando por
las
de quien parte de
ia
h u m a n i d a d consideró v considera aiiii
f u n d a d o r de una nueva с infalible ciencia de la sociedad: Carlos M a r x .
Para darles r á p i d a m e n t e m i o p i n i ó n si m e p r e g u n t a n si la democracia tiene
u n porvenir y cuál sea iste, en el supuesto caso de que lo tenga, les respondo
tranquilamente que no lo sí. En esta disertacifei m i intención es p u r a y simple
m e n t e la de hacer alguna observación sobre el estado actual de tos regímenes
democráticos, y con ello, r e t o m a n d o la idea de H e g e l , creo que ya tenemos
bastante. T a n t o mejor si de estas observaciones se pueda extrapolar una ten­
dencia en el desarrollo (o i n v o l u c i ó n ) de estos regímenes, y por tanto i n t e n t a r
algfin pronóstico cauteloso sobre su f u t u r o .
' G.
W . F Hegel, frrífmngen ubf die Philasophir dr' Crichiclile. I Die Уетип/l
C-"h„hí^
M'-iix-r
1417 |.
:¿I)U [I
MV
un.1
I'C¡KII,II
1.1
.4
¡>jñ,>l i'.ii ..|
NIU
U
M
Í(
/.'I
íohr. I,t ffi'iínt'u di l'I l4!.Ii"4i ufifi'i-r^a' Alidii/j. M^driil]
Eiiijuilt i
1 p 61
1...,126,127,128,129,130,131,132,133,134,135 137,138,139,140,141,142,143,144,145,146,...277