gos de conducta sobre barreras no arancelarias de la Ronda Toitio,
dando lugar al "Nuevo GATT" en los ochenta.' ^
Estas son a grandes rasgos, las características o síntomas de la
crisis que se plantea al comienzo de esta década. Ante esta situa–
ción de crisis del capitalismo industrial, ei paradigma existente de
la ciencia económica, la síntesis neoclásica/neo-keynesiana no ha
tenido respuesta, pues las políticas tradicionales de ajuste de pre–
cios relativos (mecanismo neoclásico) y de administración de la
demanda (mecanismo neo-keynesiano) han mostrado su impoten–
cia. Se acepta por diversos autores y en diversos foros mundiales
que los problemas de las economías avanzadas y del comercio y
finanzas internacionales son estructurales, pero no se cuenta ni con
el esquema teórico que los interprete, ni mucho menos con las po–
líticas de ajuste estructural. El único esquema al alcance es el re–
torno a la ortodoxia en sus dos formas: el Monetarismo Friedma-
niano y el Monetarismo Bastardo.
La crisis del paradigma neoclásico/neo-keynesiano, tanto en su
teoría —que resulta cada vez más inadecuada para explicar las cri–
sis— como en sus recomendaciones de política económica ^ u e
resultan cada vez más impotentes para ayudar a salir de la crisis-
explica de manera fundamental el
retomo a ¡a ortodoxia
que
implica la
contrarrevolución
monetarista.
LA CONTRARREVOLUCIÓN MONETARISTA
En Inglaterra la contrarrevolución monetarista se desarrolla bajo el
"thatcherismo " que ha consistido en la aplicación del credo friedma-
niano de contracción monetaria, de eliminación del Estado como
agente económico y de liberalización del mercado bajo el viejo
dogma de "dejar hacer, dejar pasar".
El resultado ha sido claro: se lia provocado deliberadamente una
Segunda Gran Depresión. El número de desempleados en 1981 es
el mismo que el de la Primera Gran Depresión cincuenta años atrás
(3 millones de obreros). Con esta política Inglaterra se ha converti–
do en el otro caso histórico de desindustrialización deliberada, pos–
terior al de Alemania en la posguerra.
Tomando como indicador el producto industrial de Inglaterra
observamos una correspondencia exacta entre el crecimiento in–
dustrial del periodo anterior al gobierno de Thatcher y una recesión
que se inicia el tercer trimestre de 1979* (gráfica 1.3). La inflación
*
M a r p a r e l T h a t c h e r a s u m i ó o! i-argo d e P r i m e r a W i n i s l r a c " I n y i a t c r r a , e l
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GRAFICA
1.3
INDICE DE FRODUCCION INDUSTRIAL EN INGLATBItRA
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