como ¡o esencial para reducir la inflación, a ¡o que deben con–
tribuir las tasas de interés y se verá con buenos ojos el hecho
de que permanezcan altas en donde los temores de inflación
sigan fuertes. "
Como puede observarse, a través de la teoría y práctica del
credo ortodoxo, el ajuste monetarista es la vía para revitalizar al
capitalismo industrial; esto es, a través de la contracción moneta–
ria y fiscal de la actividad económica, amparados en el lema ¡vol–
vamos al
taissez fairel
con todas sus consecuencias políticas: al
desván el Estado y las recomendaciones keynesianas.
En relación con el comercio mundial, los siete países declararon:
"Reafirmamos nuestro fuerte compromiso por mantener po–
líticas liberales en el comercio y la operación efectiva de un
sistema comercial multilateral abierto tal y como lo estipula
el
GATT[...\
"Instrumentaremos los acuerdos alcanzados en ¡as negocia–
ciones multilaterales de comercio e invitaremos a otrospaíses,
en especial a los países eri desarrollo, para que se unan a estos
acuerdos comerciales mutuamente benéficos [. . .]
"Damos la bienvenida a la nueva iniciativa representada en
la propuesta del grupo consultivo de los Dieciocho, para que
las partes contratantes del GATT se reúnan a nivel ministerial
durante 1982. Asimismo, la propuesta de los países de la
OECD para examinar los renglones comerciales
(...)"
Parece que estos países tampoco están dispuestos a aceptar la sa–
lida al proteccionismo a través de un adecuado proceso de restruc–
turación industrial sino a través de las propias mecánicas neopro-
teccionistas del nuevo GATT.
Por último, sobre las relaciones con los países del Sur se señaló
que:
"Apoyamos ia estabilidad, la independencia y/o almeamtento
genuino de ¡os países en desarrollo y reafirmamos nuestro
compromiso de cooperar con eUos, inspirados por el interés,
respeto y beneficio mutuos, reconociendo la realidad de nues–
tra independencia [. .. ]
"Participaremos activamente en la conferencia de las Na–
ciones Unidas con los países menos desarrollados
(...)
"El flujo de capital privado será impulsado en la medida
en que ¡os países en desarrollo proporcionen las garantías de
protección y seguridad a la inversión [. . .\
"La Unión Soviética y sus compañeros, cuya contribución
es débil, deberían de dar una asistencia al mayor desarrollo
y tomar una parte más activa en las exportaciones de los
países en desarrollo, respetando su independencia y no alinea–
miento [. . .]
"Llamamos a los países exportadores de petróleo con su–
perávit para que dirijan un esfuerzo apreciable a financiar el
desarrollo de los países en desarrollo no petrolero |. . . | "
Así se pone en evidencia la falta de voluntad política del Norte
para coadyuvar a la solución del problema del Sur. La estrategia es
sólo trasladar la responsabilidad de la cooperación internacional a
tres grupos: transnacionales, Unión Soviética y países superavita–
rios de la OPEP; el Norte hará lo suyo propio "participando activa–
mente" en la Conferencia de Naciones Unidas sobre los países me–
nos desarrollados.
En la declaración conjunta de la Reunión de Ottawa se puede
observar que los países del norte no están dispuestos a pagar el
costo del ajuste, ni tienen un interés genuino en resolver los pro–
blemas que aquejan a la economía internacional. Antes bien, pre–
tenden resolver sus problemas económicos internos por ta puerta
falsa del monetarismo y el neoproteccionismo. Esta vía es la de
más funestas consecuencias para los países en desarrollo en vista
de que es una negación rotunda a las posibilidades de financiar y
promover su crecimiento, comercio e industrialización.
Así, la filtración de la teoría y práctica monetarista ha venido a
configurar una verdadera
contrarrevolución monetarista
cuyas raí–
ces se remontan al liberalismo del siglo xvm. Esta filosofía prego–
naba la libertad económica de la empresa y el libre mercado como
"Ley" natural. En aquellos días, junto con lo anterior, la libertad
política fue vigorosamente defendida.
Hoy, en las naciones industrializadas el credo monetarista ha ve–
nido acompañado de un endurecimiento progresivo en las condi–
ciones políticas. En el Comunicado Oficial de la Reunión de Otta–
wa se enfatizó que:
"Debemos involucrar a nuestros pueblos en una mayor apre–
ciación de la necesidad de cambio: cambio en las expectativas
respecto al crecimiento y los ingresos, cambio en la adminis-