tener poder para autorizar la emisión de obligaciones por par–
te del Estado sin devengar interés cn la forma de dinero y
moneda o asientos contables, con tal que la cantidad total
de dólares aumente en no más de un cinco por ciento cada
año y no menos de un tres por ciento.
[. , . 1
Si se aprobara ¡a enmienda anterior y se respetara estric–
tamente, se acabaría con la inflación y aseguraría un nivel de
precios relativamente estable.*
De los sindicatos poderosos''*
[. . . 1
/a
habilidad de éstos para aumentar los salarios de algu–
nos trabajadores no significa que ¡a sindicación universal pue–
da elevar los salarios de todos los trabajadores. Por el contra–
rio
—y
ésta es una fuente muy importante de equívocos—,
los
beneficios que los sindicatos poderosos obtienen para sus
miembros, se consiguen principalmente a expensas de otros
trabajadores.
"Los dirigentes sindicales hablan siempre de conseguir sala–
rios más altos a expensas de los beneficios. Esto es imposible:
simplemente éstos no son suficientemente grandes.
"Una sindicación general [. . . \ podría significar salarios más al–
tos para las personas que obtienen un empleo junto con una
cifra mayor de desempho. "
Sobre la intervención del estado'^
"El primer [principio general] es que la esfera del Estado ha
de ser limitado. Su función principal ha de ser el proteger
nuestra libertad [. , .] hacer cumplir los contratos privados,
fomentar los mercados
competitivos.
"Basándonos esencialmente en la cooperación voluntaria y en
la empresa privada lanto para las actividades económicas co-
C o m o ejemplo exrremo. ti caso de Chile cancela la vía del uso monclaric
para el Estado, ai p r o h i b i r q u e el gobierno se financie p o r m e d i o d e l Banco
Central.
A
B
(, en
d texto definitivo d e la n u e v a Constitución chilena d e l
gobierno d e Pinochet, e n s u artículo 9 8 estableció q u e " n i n g ú n
¿oslo
pú–
blico o préstamo podrá l'inanciarse con créditos directOi> o indirectos det
Banco Central",13
mo para las de otra especie, podemos asegurar que el sector
privado ejercerá un control sobre los poderes del sector gu–
bernamental [. . .] El segundo principio general es que el poder
del Estado deoe estar disperso.
"Claro que la existencia de un mercado libre no elimina la ne–
cesidad de tener un gobierno. Al contrario, cl •gobierno es
necesario tanto en su función de foro para determinar las re–
glas del juego, como en su función de arbitro para interpretar
y hacer cumplir las reglas establecidas.
"Al hacer que la autoridad política pierda el control de la ac–
tividad económica, el mercado elimina esta fuente de poder
coercitivo. Hace que la fuerza económica actúe de conten–
ción del poder político, y no de refuerzo.
"Lo que necesitamos urgentemente, tanto para la estabilidad
económica como para el crecimiento, es una reducción de la
intervención ¿stulal y no un aumento.
"La necesidad de tener un Estado que cumpla estas funciones
surge debido a que la libertad absoluta es imposible. Por muy
atractiva que sea la anarquía, como filosofía, no es factible
en un mundo de hombres imperfectos.
"La función del Estado {. . .] consiste en hacer algo que el
mercado por sí solo no puede hacer: determinar, arbitrar y
hacer cumplir las reglas del juego.
"Para tener una idea del papel que un liberal concedería al
Estado puede que sea útil dar simplemente una lista de algu–
nas de las actividades que actualmente realiza el gobierno [. . . ]
y que, en mi opinión, no tienen justificación válida de acuer–
do con los principios enumerados anteriormente:
— Programa para mantener un precio de paridad en la agricul–
tura.
— Aranceles sobre las importaciones, o restricciones a las ex–
portaciones.
— Control estatal de la producción, como por ejemplo, me–
diante el programa agrícola o mediante el racionamiento en
la producción de petróleo.
1...,92,93,94,95,96,97,98,99,100,101 103,104,105,106,107,108,109,110,111,112,...277