perspectiva geométrica, en realidad sería inoperante y atentaría contra la es
tructura familiar y social rural, dentro de la cual el rol de cada miembro es con
gran fuerza destacado formalmente y la unidad familiar estriba precisamente
en el respeto y cumplimiento del mismo. Por otro lado, la idea geométrica del
círculo, con la debida información, resultaría deseable si se situara al fogón
como el eje central y la posición de las sillas como una circunferencia en cu
ya parte central estuviera el padre de la familia y las hijas del lado más próxi
mo a la preparación para ayudar a la madre, etc.
En otros casos menos evidentes se corre el mismo riesgo de utilizar aparen
temente un signo gráfico que corresponde y equivale al dato formal, pero las
imágenes mentales que constituyen un acervo en el diseñador pueden desvir
tuar y prejuiciar el requerimiento, haciendo inútil el cuidado que se ha tenido en
su recopilación y estructuración. Al respecto se deben estudiar técnicas de ob
servación de campo dentro de las cuales se pueda junto con el dato estadístico
y verbal, tener una equivalencia gráfica que pueda ser verificada al igual que el
primero, buscando que en el momento de interrelacionar y estructurar los datos
se pueda igualmente y en forma simultánea, tener una interpretación que res
ponda a los códigos locales. La experiencia del diseño nos muestra que en la
abrumadora mayoría de los casos, las nuevas alternativas que revolucionan una
época son aquellas que han podido ver a través de las imágenes repetitivas y
estereotipadas la verdadera significación de los datos y han propuesto una so
lución idónea {como código) a los mismos. La experiencia del diseñador pue
de resultar un arma de dos filos cuando supone equivalencias de nuevos
datos con otros anteriores, dejando a un lado los cambios que la evolución
histórica va ejerciendo, cuando sin querer trata de detenerlos al referirlos
dentro de patrones conocidos.
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