Contra un Diseño Dependiente - page 186

mo es usado el entorno construido y de la manera en que la gente percibe
oportunidades para diferentes patrones de comportamiento dentro de ese
entorno, además de las que ya tiene. Requiere información normativa que
no puede ser generada simplemente de la situación bajo consideración, sino
que se necesita una aplicación para la investigación continua en "psicología
del entorno" (environment), así como esfuerzos genuinos para usar y asimi­
lar estos descubrimientos. El papel del arquitecto durante el proceso de inte­
lección es el de estar seguro que se diluciden las necesidades y deseos de
todos los participantes, que las alternativas e intangibles sean considerados
y que se entiendan las implicaciones en el diseño de los diferentes objetivos.
Su papel es también el de elevar el nivel de percepción de los participantes
en los objetivos de diseño, de los meramente satisfactorios a otros mejores.
Aunque hemos insistido en la necesidad de recolectar conocimientos acerca
de las necesidades humanas a satisfacer en el diseño de un edificio, la fase
de intelección requiere también de recolectar información acerca de la ecolo­
gía natural del lugar, recursos financieros, materiales y técnicos, y las cir­
cunstancias futuras que afectarán al diseño. La información resultante de
esta fase es la descripción factual de los elementos que deben ser relaciona­
dos y sintetizados en la fase de diseño.
En tanto que en el pasado el arquitecto obtenía información de catálogos,
gráficas y consultores técnicos, en el nuevo proceso del diseño necesitará y
está comenzando a obtener técnica para determinar las preferencias de los
usuarios, como las que se discuten por Robert Helmreich, Henry Sanoff,
John Zeisel y otros en la tercera parte de este libro, así como compendios
útiles de conocimiento del comportamiento como el de Christopher Alexan-
der "Patrones de lenguaje" que describimos después.
Sin embargo el proceso de intelección es cada vez más complejo a medida
que aumenta la escala de los edificios y aumenta la distancia entre el arqui­
tecto y los usuarios.
La intelección, se hace más compleja al reconocer que el arquitecto está di­
señando para el futuro, ¿cuáles serán las fuerzas en el futuro?, ¿es posible
la predicción?. Muchos arquitectos sostienen que no. Parece que en tanto
no podamos mejorar nuestras técnicas para prever, debemos diseñar para el
presente y permitir una serie de alternativas a futuro en nuestros edificios.
Esto se debe reflejar en los programas de construcción y en la investigación
técnica.10 Aunque se hace aquí la hipótesis de que los arquitectos deben in­
volucrarse en la fase de intelección del diseño si se quiere mejorar la calidad
de los edificios, ya que muchos arquitectos y escuelas de arquitectura tratan
a todo el proceso del diseño como si éste comenzara con un "programa"
constructivo en lugar de que lo fuera la necesidad de un mejor entorno. Un
análisis riguroso del trabajo de los arquitectos que son considerados por la
10 Véase a Harold Horowitz,
"The program’s the thing
AIA
Journal
(mayo 1967) págs.
94 a 100. Para una aclara­
ción acerca de la informa­
ción que debe contener "un
programa arquitectónico de­
tallado".
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