El lema que voy a icner e! honor de desarrollar ante ustedes, se re–
fiere a la justicia ariministrat¡\ a. U n a de las grandes proocupaciones
del Estado moderno reside cn que el ejercicio del poder público debe
estar animado por principios dc estricta justicia. N o basta someterse
solamente al Derecho, cs necesario que cl ordenamiento jurídico esté
subordinado por un gran itìeal de Justicia que cs la base de la vida so–
cial. Mas para que la justicia alcance su màxima realización es indis–
pensable que ella sea institucional, es decir, que cuente con los medios
de organización y procedimiento que la hagan factible.
Como esta plática Inicial forma p a n e de un ciclo de conferencias,
pretendemos en esta ocasión describir el amplio tema de la justicia ad–
ministrativa con el objeto de que mis distinguidos amigos que partici–
parán en este evento, puedan referirse y ahondar cn los capítulos espe–
cíficos y particulares que se relacionan con esta materia.
Vivimos una etapa crítica de la historia de las instituciones jurídi–
cas, sobre todo cuando la crisis se acentúa cn la estructura del Estado,
en particular en sus órganos básicos, y en el ideal de justicia que debe
dominar el orden jurídico como expresión de los anhelos dc la socie–
dad moderna.
Los viejos Estados pretenden mantener su misma decoración cons–
titucional, pero se ven obligados a hacer los ajustes que las mismas
circunstancias exigen. Francia ha transformado en su nueva Consti–
tución cl sistema parlamentario y da un evidente predominio a la ac–
ción del Ejecutivo. Nuevos principios constitucionales exigen nuevas
instituciones que hagan posible el nuevo orden de cosas, en Us que el
ingrediente esencial es la libertad.
Frente al Estado liberal demócrata, los Estados comunistas y de
democracia popular se ven obligados a una ccaistantc revisión y adap–
tación de sus constituciones ante las exigencias de su aplicación, que