<|LLI
. .
.1.
IH- |;é _i
,1,
R<
LLI'IL-
1;
<!••!
l
' - R ' L ' L
• \'!niriiiNirntiv.
• •и
.11>.|
.1 ir.ix-• •:•
1.1
' . l i - A'iiiiinutr
и M
>n Pulilic
.i
• ri
l
' F . I I
. . P I I - ( I
I.I
•...1М
.Ч1
411.
1Ч11
.>П1
I S
«• b's l>rini)iili.i pjt.
!• ir 'Ш
,11:' i ' n .
i|.
Л1.11М" <|iir iiiti . niii'^U" ЧМ1-1ПЛ loírt
i|.
.1ч1"1
iil
(1
IIRINRINIIL
rli
1,1
Adm.nntr.uii<n
Г
la tabez:
lili
NIIIIIIT<I
.41 idi'nt.il
li.i .ii'scran.i. r l рг^ЕГГ^и | 1 И d e t i r l i M nn e< е л а l.in senri-
l-.l • ili. lur drni.isi.i'lii luuMo 4 rl n i i n i j sistrmH lardo toda-
1 mili li.. lipinp» r n rrlur n u r v rn rl su<lu Ir la realidad. Una
n iIiiI.MI
1|
ЧГ |iiit rnlonrrs n>> daba, m iiiu't"» т г т л . para lanío.
I I |i;:i'- tii
'SI
ruido pur una lirüa i^iirrra roil. apena? empezaba
(.iilnn< i'S
,T
lewiiH
.IR
la fnlir/a.
*'П
mrdi" d» un .isiLimiento intor-
n.uiMniil i|iic. i onl i notalilr гчч
|Р1
ion
li.-
.Ли'чтша prensa-
iiniiii'. I.i nuistrrii.i a uiiii п о п ч г ч а
|IRR
'ari.i.
di'
nueva subsis-
'< II'
I'. il>- siuiio susliini'i:>lmi'nlp
. L U N M O .
> n la циг U innpiente
тч11ч1|
.lili irii.n nmnliid.i [>or la
| I N R / . I
d'
I
-iriun<.iani-ias so¬
lii-' l.i biisr (Ir uii
.I
política IIP aul.iri|uia.
ii-
linamiaba faticosa-
iio-hit- iii<-(li,iiiir I,* inlhin
-iM.
> 11
«VIS
(IIII
'l
'iiíii ilir.i nlr podi
T
prosperar
la
idea de
liULUí' "l<- un
I.vimIii
.1^.
inr.idor
л
I R . I I I S
tje la caja crilecliva, del
rirv>
" I
i.il Kl l.'tislail.'i dr 1 9 ^ 1 sr lub./i drspeeado tanto de
l
.I RI
'.ilrl.iil
чо'
iil. <)iie Ir <j( unió lo qur al ciclista tras moto que
4
d'^.p.'.', I
-I
Todillo
quf le urr a <-sia prsr a sus esfuerzos, no
RIIII
.siijuiii iliiriintr mucho tiempo ai rler.ir su ritmo.
2 1.Л artihid de la primera jurisprudeneía
l.l análisis de la primera jurisprudencia aplkaliva del articulo
I
31
d r la I o\
i|<'
expropiación Forzosa de 1954 ilustra con toda
exprrsivid.id loque acabo de decir
Кл su monirnio. la juruprudencia del Tribunal Supremo se
negó, incluso,
л
fiarse por enterada del rambio legislativo operado
y sidiiio ¡líimi.mdii. como si éste no hubirra tenido lugar, la impo–
sibilidad de que la Administración cause daños sin culpa (senten–
cia del 30 de selirmhre de 1959).
Rn
un segundo momento y ante la imposibilidad de seguir
silenciando la existencia de la nue^a Lev de Expropiación Forzo-
s:i. comenzó a citarla expresamente, pero siguió ignorando su
alcoirr v li.in.iiiilo l.l drtlara'ioii IcL'al dr su ari nulo
I
<¿1 cerno
nuf.,i expnsioii dr un
P M I R I P I O
proiír
.IIII.ILICO
carente de instru-
menMcion. cuv.i presunta ausencia le primilla volver al
régimen
romun de
RT
-sponsabiluUd
POR
culpa del articulo 1902 del Código
Civil ("el que por acción u omisión cause daño
a
otro
intervinien–
do
culpa o neglicencia. esta obligado a reparar
el daño causado"),
semejante al 11U9 drl Código ( ivil argentino (sentencias
del 30
de mayo y 15 de dicicii bre de 1961)
La presión de los justiciables hizo poco
a poco intostenible
el argumento y entonces la jurisprudencia se
refugió en la
afir–
mación de la incompetencia de la jurisdicción
contencioso
-admi-
nislrativa
PARA
enjuiciar la responsabilidad
de
la Administración
derivada de la actuación privada de ésta, forzando, naturalmente,
el concepto de actividad privada. Asi la sentencia del 28 de mayo
de 1963 que rechaza por esta razón la demanda de responsabili–
dad formulada por un particular por razón de los daños produci–
dos a consecuencia de
la
colisión
de un automóvil de tu propie–
dad con un vehículo administrativo,
que el Tribunal Supremo
considero ajeno al servicio publico.
En otros casos (sentencia del 17
de
enero de 1963), el pre–
texto para la negativa se encontró en razones más
diicutibles,
de
indole formal (necesidad de impugnar
simultáneamente el acto
administrativo productor del daño, exigencia
que, obviamente,
carece de sentido en
el marco
de
un
sistema
de responsabilidad
objetiva en el
que
ésta se reputa posible incluso
en lot supuesto*
de
funcionamiento normal de lot servicios
público*).
La
última trinchera jurisprudencial fue,
lógicamente, una
vez
destruidas las anteriores, el problema de
ta cautajidad, ei de–
cir,
la negación
del
imprescindible nexo causal
que en todo caso
debe
enlazar el hecho o acto administrativo
con el
daño
produci–
do. Asi,
por ejemplo, la sentencia
del
12
de
julio
de 1960 rechaza
por este motivo la demanda de reparación
de los daño* produci–
dos en un
automóvil que
circulaba por
una
carretera en mal «tta-
do
(la carretera nacional n° 1 para más
teñai) por «timar que
esos daños pudieron deberse
a otras causas, entre ella* la aotigüe-
dad del
vehículo
que no retittiò por esa ratón lo* bache* que
otros
más
nuevas
soportan sin detrunento, o bien a la velocidad
del mismo o. incluso, a
la lluvia
caída,
lluvia
salvadora coa la
qu*
1...,69,70,71,72,73,74,75,76,77,78 80,81,82,83,84,85,86,87,88,89,...370