cíales con su mejor mercado -Estados Unidos- más que con
su principal rival.
Los bloques comerciales implican cierto nivel de movili–
dad de la fuerza de trabajo, pero esto significa que los japoneses
tendrán que estar dispuestos a asimilar trabajadores extranjeros.
Si Europa occidental se preocupa por la inmigración de fuerza
de trabajo que proviene de Europa central y oriental, piénsese
lo que sucedería si se abriese la frontera entre Japón y China.
Millones de chinos se trasladarían a Japón, pero la cultura japo–
nesa es de tal naturaleza que probablemente sea el país del mun–
do menos dispuesto a asimilar inmigrantes, o menos capaz de
hacerlo. La cultura que es actualmente en el mundo la que más
dificultades opone a quienes pretenden incorporarse a ella,
tendrá que ser mucho más accesible a los extranjeros si Japón
quiere vencer. Pueden surgir unos pocos acuerdos comerciales
especiales, pero Japón no puede organizar un mercado común
de la Cuenca del Pacífico para rivalizar con la Comunidad Euro–
pea. Sencillamente, no hay pruebas de que esté dispuesto a rea–
lizar los ajustes necesarios.
Pero cualquier análisis de las fuerzas de los equipos antes de
que comience el juego demostraría que Japón entra en la competen–
cia teniendo de su lado
el impulso:
está creciendo con más rapidez e
inviniendo más en el crecimiento futuro que cualquier otro país so–
bre la faz de la tierra Si los casinos de juego de Las Vegas recibiesen
apuestas económicas además de deportivas, Japón sería el favorito a
la posición de triunfador del siglo XXI. De aquí a 100 años, los histo–
riadores que miren hacia atrás probablemente se inclinarán a afir–
mar que el siglo XXi perteneció a Japón.
Europa
Aunque en la década de 1980 fue e! jugador más lento, Eu–
ropa comienza la década de 1990 con la posición estratégica más
sólida en el tablero económico mundial. Su posición se asemeja
mucho a la que aparece en los libros sobre los "finales de parti–
da" en ajedrez. Se muestra al lector una configuración de juga–
dores en un tablero, y se le dice que las negras pueden ganar en
5 movimientos, al margen de lo que hagan las blancas. Pero e!
lector se enfrenta con la difícil tarea de descubrir y realizar esos
cinco movimientos. Desde el pumo de vista económico, Europa
ocupa precisamente esa posición. Si realiza los movimientos jus–
tos, puede convertirse en el poder económico dominante del si–
glo XXI, al margen de lo que Japón y Estados Unidos hagan. En
este caso, es fácil percibir cuáles son los movimientos acertados,
pero muy difícil realizarlos.
Si Europa puede integrar realmente la Comunidad
Económica Europea (337 millones de personas) en una eco–
nomía y avanzar gradualmente hasta absorber al resto de Euro–
pa (más de 500 millones de personas) en la Casa de Europa, pue–
de construir una economía con la cual nadie podrá compararse.
Los 850 millones de personas de Europa son los únicos 850 mi–
llones de personas sobre la faz de la tierra que se caracterizan,
por contar con una buena educación y porque no parten de la
pobreza. Algunos de ios países que deben ser agregados a la Co–
munidad Económica Europea, por ejemplo Succia. Suiza, No–
ruega y Austria, de hecho están entre los más ricos del mundo.
La principal ventaja de Europa es que casi todos empiezan
bien educados. Tal vez los comunistas no sean capaces de dirigir
economías eficientes, pero dirigen algunos de los mejores siste–
mas de educación primaria y secundaria del mundo. Europa es
la única región donde uno de los países, Alemania, es líder mun–
dial en la producción y el comercio, y uno de los países, la ex
Unión Soviética, es líder en tas ciencias superiores. La ex Unión
Soviética ha enviado muchas más naves al espacio que Estados
Unidos, y en muchas áreas de las ciencias teóricas está a la cabe–
za del mundo. El excedente comercial de Alemania occidental
en 1990 fue el más grande del mundo; sobre una base per capi–
ta, también fue casi el triple que el de Japón. De aquí a una déca–
da, cuando Alemania oriental se haya integrado totalmente y
esté a la altura de las normas de productividad alemanas, Ale–
mania será incluso más formidable. Los mercados tradicionales
de Alemania, Europa central y oriental, también pueden ser los
de más rápido crecimiento mundial a principios del sigio XXI.
Si a las ciencias superiores de la ex Unión Soviética y las
tecnologías de producción alemanas se suman el talento de Ita–
lia y Francia en el diseño y e! mercado londinense de capitales
de jerarquía mundial que oriente eficazmente los fondos hacia
1...,167,168,169,170,171,172,173,174,175,176 178,179,180,181,182,183,184,185,186,187,...277