Cómo evaluar
el
abasto de medicamentos
de atención comenzaba varios meses tarde; debido a
que
los tiempos para hacer
las licitaciones se volvían muy cortos, exisóa el riesgo de que un alto porcentaje de
licitaciones resultaran desiertas, y este fenómeno se acentuaba al no existir mecanis–
mos para realizar compras diferenciadas según claves, para medicamentos genéri–
cos o de patente. Muchas normas del sector en este terreno eran mal interpretadas
por los encargados de las adquisiciones.
Por otra parte, la existencia de medicamentos en los almacenes no garantizaba
que aquéllos llegaran al paciente, pues la distribución era inadecuada. En general,
la distribución arrancaba con la planeación anual del abasto, distribuyendo men–
sualmente los insumos en los centros de atención de acuerdo con un programa
diseñado al inicio del periodo. Como resultado, la existencia de medicamentos en
los centros de atención casi nunca se tomaba en cuenta, lo que provocaba que en
el
mismo lugar, al mismo tiempo, hubiera desabasto de algunos medicamentos y
exceso de otros.
La
entrega de medicamentos a los centros de atención llegaba a
hacerse en lapsos muy largos (hasta cada tres meses), y cuando un medicamento se
terminaba era seguido por un largo periodo de desabasto.
Prácticas similares de desorganización se presentaban en los puntos de en–
trega de los medicamentos. Tanto en los centros de salud como en los hospitales
se presentaba una elevada prescripción de medicamentos fuera del cuadro básico
los que, al no estar considerados en las adquisiciones, provocaban desabasto. Igual–
mente, ni los almacenes ni las farmacias contaban con sistemas estandarizados de
control de inventarios, presentándose tanto desabasto como caducidad de las cla–
ves no movilizadas. Adicionalmente, el costo de operación de la cadena de abasto
era alto en relación con el presupuesto anual destinado a medicamentos.
Ante este panorama,
se
planteó una modificación sustantiva del sistema de
abasto prevaleciente en
el
país, diseñando un modelo que se basaba, fundamental–
mente, en los siguientes principios:
Transparencia.
Bajo nivel de costo.
Flexibilidad.
Asignación clara de responsabilidades y rendición de cuentas.
Especialización de funciones, y
Pluralismo, es decir, la participación indistinta de los sectores público,
privado
y
social.
Se propuso alcanzar un nivel de surtimiento completo de recetas de por lo menos 95
por ciento; disminuir
el
costo de operación de
la
cadena de abasto a menos del 7 por
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