Roberto López Moreno
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da que no ha cumplido con su exterminio. Soy el otro y no tengo de-
recho a atarlo a esta curva tenebrosa que es mi curva, la mía. ¡Soy
Nerval! ¡Farol de petróleo, estrella caída sobre la turbia calle! ¡Soy
Gérard de Nerval! ¡Soy esta lámpara encendida entre las sombras!
—Sssshhhh, no vaya al callejón del fondo, hay un hombre col-
gado del poste.