Francisco Gabriel Binzhá
237
Una frase como aquella que reza que “la revolución no se puede poner
en manos de un marihuano y un borracho como tú y yo, Jacinto” sólo
puede engañar a desprevenidos e incautos. La pena es que los despreve-
nidos e incautos son más de la cuenta. Para empezar, los integrantes del
jurado del concurso Primera Novela del
fce
, que otorgaron por unani-
midad el premio a esta obra. Quizá estimen que reducir el mundo a una
larga serie de clisés de signo izquierdizante tiene alguna virtud.
12
Torres Fierro considera —de alguna manera, la cual justifica— que
El infierno de todos tan temido
dista en exceso de llegar a ser una
obra literaria plena, y considera un mero documento en donde nom-
bres específicos de figuras revolucionarias, políticas y literarias
confluyen, nombres que apelan en muchos momentos a espacios y
hechos en concreto, y que más allá de asemejarse a un lenguaje de
manifiesto o panfletario, carece de todo sentido confundiendo la
idea a seguir con las actitudes fanáticas que el autor posee.
El libro está lejos de ser una obra
á chef
para convertirse en un gritado
documento, en una ruidosa denuncia que apela a datos concretos y he-
chos reales a los efectos de realizar una reflexión estrictamente actual y
de pronunciado carácter político social […] El autor opta, con fruición
digna de mejor causa, por la denuncia primaria, el maniqueísmo políti-
co y la inanidad ideológica. No hace ninguna proposición mínimamen-
te seria o razonable: sucumbe en un estilo que enarbola la diatriba
como sistema y la intolerancia como norma.
13
Innegable resulta que los comentarios construidos por el articulista
estaban apegados más a una línea política y en busca de un despres-
tigio, que en realizar un análisis correcto de la obra. Torres Fierro
está de acuerdo con que existan obras de denuncia, y considera una
constante en “casi todo joven”; sin embargo, en el caso de Carrión
Beltrán, “la cuestión […] se convierte en otra cosa cuando repara
que ese (caudaloso) afán se impone sus propias y peligrosas leyes:
empeño por no guardarse nada, acumulación indiscriminada, ausen-
cia de rigor, ansias de utilizar la literatura como vehículo y la novela
como recipiente informe y sin fondo”, y agrega:
12
Danubio Torres Fierro, “Una (gritada) temporada en el infierno”, en
Plural
,
núm. 46, julio, 1975, p. 75.
13
Ibíd.
, p.74.