Tema y Variaciones 43 - page 195

Fernando Martínez Ramírez
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Comencemos con la palabra teoría: viene del griego
theorein,
que significa contemplar, observar especulativamente, es decir, en
su sentido original el término tiene que ver con un alejamiento de
la experiencia sensible –estética
, aiesthesis–
para alcanzar un saber
más intelectual, relacionado con el
logos,
con la razón última acer-
ca de las cosas
.
Con este salto de los sentidos al entendimiento no
se busca desacreditar el testimonio de los sentidos sino, a partir de
lo que ellos nos entregan, poder discernir lo contingente de lo ne-
cesario, o como dirían los lógicos, entre lo accidental y lo esencial.
Las formulaciones suelen hacerse de esta manera: ¿qué hace que
una cosa sea lo que es? ¿Por qué una obra escrita debe conside-
rarse literatura? ¿Qué es literatura? Teorizar es pues un operación
lógica, de descubrimiento de lo universal y permanente en lo par-
ticular, de lo común en lo diferente, de la secreta conexión entre
las cosas. Así lo hizo Aristóteles en su
Poética
al postular la
míme-
sis
como el principio universal que debía regir el arte de la repre-
sentación, cuya expresión máxima era para él la tragedia.
Por teoría hoy también se entiende la capacidad para com-
prender y explicar la realidad –concepto también problemático–
más allá del caos de las percepciones. Con ella estructuramos el
mundo, le imponemos una causalidad, relacionamos fenómenos
aparentemente inconexos, los incluimos en un sistema y en la me-
cánica de las generalizaciones. Las teorías modelan la realidad, tie-
nen una doble capacidad: descriptivo-explicativa y predictiva.
Soportan la corroboración empírica y la falseabilidad,
1
además de
que representan, para un determinado conjunto de fenómenos, la
mejor explicación posible entre una amplia variedad de opciones.
En este sentido, una teoría puede considerarse paradigmática pero
no absoluta ni definitiva. Las más ortodoxamente científicas son las
más ampliamente predictivas, sin embargo, las menos ortodoxas
constituyen conjuntos de hipótesis de trabajo cuya función no es
predecir sino explicar, aunque aquí y allá surjan fenómenos que co-
rroboren su carácter hipotético y fortalezcan su cientificidad. Dis-
tinguimos, por tanto, entre teorías duras, que son tanto explicativas
como predictivas, y teorías heurísticas, que ayudan a comprender
1 
Fue Karl Popper quien propuso la “falseabilidad” como criterio de verdad
para el conocimiento inductivo. Una generalización es válida mientras no exista un
caso particular que la eche abajo. Así validan su conocimiento las ciencias empíri-
cas. Véase K. R. Popper,
La lógica de la investigación científica,
Madrid, Tecnos,
1962, p. 57.
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