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Tema y variaciones de literatura 43
su autor sino el posicionamiento en lo que Bordieu llama los cam-
pos culturales,
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en este caso en el campo literario.
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Hemos dicho que los tres vértices sobre los que se configura
la crítica son el autor, la obra y el lector. Cuando se privilegia al au-
tor suele ejercerse una crítica tradicional, filológica, que apela a la
psique del escritor. La obra resulta un fetiche, un objeto extraordi-
nario e irrepetible, el contexto llega a ser casi el único y todo po-
deroso mecanismo de explicación, el crítico se postula a sí mismo
como humanista y sus seguidores le profesan un respeto casi ido-
látrico. Por otra parte, las críticas que privilegian la obra, entre ellas
las formalistas, suele ser practicadas por una élite que se conside-
ra a sí misma científica. Es anti-histórica, ataca la seguridad ideo-
lógica en que se afianza la crítica tradicional, cambia los significa-
dos superficiales por otros pretendidamente profundos y postula
que lo primero y más importante es el lenguaje. No se asume
como humanista pues su práctica se dice metódica y objetiva. Fi-
nalmente, las crítica que privilegia al lector –como la teoría de la
recepción y algunas adaptaciones de la fenomenología y de la ge-
nealógica– declara la muerte del autor (
v.g.
Foucault y Ricouer),
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se apoya en la historia pero también explora el discurso como lo
patente que oculta lo latente.
La separación entre teoría, crítica y metodología, así como
esta división tripartita de la críticas que privilegian al autor, la obra
o al lector es, desde luego, esquemática: existen zonas interme-
dias y transversales. Sin embargo, la distinción nos permite ubicar
a la teoría y la crítica literarias latinoamericanas. ¿Qué piensan los
teóricos y críticos literarios latinoamericanos del papel del escri-
tor-autor y de sí mismos, de los lectores? ¿Existe o no una teoría
literaria latinoamericana? ¿Cómo se ejerce la crítica? ¿Por qué
enunciar un subcontinente en lugar de hacerlo como en Europa,
donde se habla con naturalidad de teoría y crítica francesa, ingle-
sa, alemana, italiana, o de corrientes, como formalismo, estructu-
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Véanse Pierre Bourdieu,
Sociología y cultura
, en especial “Algunas propie-
dades de los campos”, “Alta costura y alta cultura”, “¿Y quién creó a los creado-
res?” y “La opinión pública no existe”.
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Tal vez un ejemplo de este tipo de crítica bella e ideológica lo represente Oc-
tavio Paz, quien con su discurso eficaz y su falta de reconocimiento de sus fuentes,
consolida o destruye autores y obras en torno a la tradición que él funda. Véanse,
por ejemplo,
Cuadrivio
o
El arco y la lira.
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Michel Foucault, “Qué es un autor”,
op. cit.
; Paul Rocouer,
Teoría de la in-
terpretación. Discurso y excedente de sentido
.
Revista_43.indb 198
05/11/14 08:55