José S. Revueltas Valle
41
faban del filósofo español Adolfo Sánchez Vázquez, recitaban sin
comprender la importancia y trascendencia del filósofo francés
Louis Althusser, justificaban su ignorancia y prepotencia en la in
vención de amistades con pensadores italianos y, claro, no faltaba
quien dijera: “Yo conocí muy bien a Pepe”. La necesaria vestimen
ta de no pocos autocalificados como “académicos”.
Los tomos de las obras completas de José Revueltas comen
zaron a circular en esos años, su conocimiento y las citas referidas
a él a aumentar. Ricardo Garibay señaló en alguna ocasión que la
grandeza de un escritor consiste en sobrepasar a su propia gene
ración, a que años después de muerto se siga leyendo con la vi
gencia y trascendencia que en su actualidad poseyó. Característica
la han tenido no pocos autores a lo largo del siglo
XX
y señalo a
algunos de los más imprescindibles: Stefan Zweig, Curzio Mala
parte, Henrich Böll, Alexander Solzhenitsyn, Juan Rulfo, Julio Cor
tázar, Mario Vargas Llosa, Octavio Paz, Harry Mulisch, Gabriel Gar
cía Márquez, Ricardo Garibay, Kenzaburo Oé, entre muchísimos
otros. Baste decir que de los anteriores, sólo Vargas Llosa y Oé si
guen con vida. José Revueltas poco a poco se fue convirtiendo en
un referente de importancia para nuevos universitarios, trascen
diendo también las aulas y por supuesto a su propia generación.
Las citas de sus libros aumentaron, y con ello fue más conocida su
trascendencia y dignidad, más necesaria su presencia, ante la con
trastante pérdida de valores y el oportunismo creciente que carac
teriza a nuestra sociedad. Auguramos que parece habrá Revueltas
por mucho tiempo y que la proclama que apareció pintada en Ciu
dad Universitaria durante el movimiento del Consejo Estudiantil
Universitario en 1987 seguirá vigente en lo futuro: “Hay José,
¡cómo me acuerdo de ti en estas Revueltas!”
Cada generación tiene el derecho y la obligación de reescribir
la historia del mundo todo, enseñanza que fue de una maestra ju
día, amiga admirada siempre, la doctora Eva Alexandra Uchmany.
En los breves años que van de 1968 a la fecha muchas cosas han
pasado en el país y el proceso de reconstrucción del siglo
XX
nos
lleva, por ejemplo, a que cada vez aparezcan más testimonios so
bre los campos de concentración nazi, a que el recuerdo de Aus
chwitz nos sea presente siempre, para evitar con ello su repetición,
a que veamos y construyamos una percepción muy clara del pasa
do inmediato para no cometer muchas de las barbaridades ya rea
lizadas, como la ocurrida también el dos de octubre en Tlatelolco.
Revista_43.indb 41
05/11/14 08:54