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Tema y variaciones de literatura 43
ser conocida y sobre todo reconocida por la izquierda mexicana
que, en su mayoría, tiene una posición un tanto peyorativa –in
comprensible obviamente– sobre Octavio Paz, consideración que
abarca también uno de sus más cercanos amigos, el doctor Enri
que Krauze. Ricardo Garibay, otro denostado, también se expresó
sobre José Revueltas, siempre recordó un viaje que juntos hicieron
a Chile en 1967, encasillándolo pronto. “Qué frívolo eres –me de
cía Revueltas–, básicamente frívolo. En cierta forma, te envidio. Yo
a él no, a pesar de su valía. Me violentaba ver al clásico
hombre de
partido,
boqueando entre la conciencia y las consignas.”
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Nunca
fue así. Un espíritu de rebeldía no únicamente ante el enemigo de
clase, sino ante quienes decían una cosa y actuaban en forma dis
tinta, la incongruencia espiritual y política, le parecían intolerables
y ello con creces rompía por supuesto las consignas de partido,
más bien lo enfrentaba con ellas, su expulsión del Partido Comu
nista es un claro ejemplo. Al proponerle el gobierno la salida del
país de quienes estuvieron involucrados en el movimiento estu
diantil, por ejemplo, propuesta por muchos aceptada, Revueltas
manifestó una marcada renuencia a salir de la cárcel en 1971 si no
se le daba la categoría de preso político. Permeó mucha de su ac
titud la honestidad, el uso de la inteligencia, el deseo de la realiza
ción de los mejores valores humanos. Vio como ejemplares, y las
referencias constantes no me dejarán mentir, a sus admirados her
manos Silvestre y Fermín, a su amigo Octavio Paz, a sus compañe
ro Heberto Castillo, a sus otros compañeros Joaquín Sánchez Mac
grégor, Carlos Illescas, Martín Dozal, Alberto Hijar, como con
dulzura y confianza plena estableció un sólido diálogo con quienes
fueron sus amores a lo largo de la vida. María Teresa una vez nos
dijo: “Soy una tía que nunca existió”. No le creí, y los escritos de
Revueltas la desmienten: la quiso y siempre será mi tía junto con
otras más y eso no importa. Cada vez que lean a José Revueltas
sabrán que es de la familia porque esos romances nunca acaban,
esos lazos son tan fuertes como la eternidad. Como padre el ejem
plo no fue menor, y lo muestra en una carta a su hijo Román: “Es
tudia mucho y sé muy buen violinista, para que después aprendas
a componer, porque para entonces ya vivirás en un mundo nuevo,
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Ricardo Garibay,
Memoria uno
, introd. Vicente Leñero, ensayo particular
de Juan Domingo Argüelles, México, Océano, Consejo Estatal para la Cultura y las
Artes de Hidalgo, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 2001, p. 81.
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