[ 16]
¿DISEÑAR CON FRACTALES? ¡VAYA UN ABSURDO!
aquí, la fotografía queda como un nuevo intento por develar el
Libro de la Naturaleza
planteado
por los pragmáticos ingleses ya desde el siglo
XVII.
Al respecto, y volviendo al hombre que dibuja con sus manos, dibujar es comprender una
fracción del mundo más allá de su mero contenido visual, Moles lo dice contundente: "Ex–
plicar ya no es analizar: es construir un modelo': Es más, hablando de modelos matemáticos,
el primer modelo de la naturaleza es su ecuación, y el segundo es su dibujo (más rápido de
explorar para la mente); no hay duda, a pesar de sus distancias conceptuales, ambos hablan de
aspectos diferentes de la naturaleza profunda de la realidad. Aquí visualizar es comprender, y
dibujar es producir conocimiento. De cualquier modo, y en tono más irreverente, a la pregun–
ta: ¿para qué sirven los fractales? se puede responder con otra: ¿para que sirve la geometría
euclidiana? Sin presumir una respuesta contundente, sospechamos que ambos sirven para
construir culturas que corresponden a modos diversos de concebir el mundo [véase
Dibujar
es una forma de conocimiento) .
Por otro lado, si sabemos que históricamente las nuevas herramientas nos han abierto
umbrales a universos hasta entonces invisibles al cerebro y alojo desnudos , ¿porqué insistir
únicamente en paradigmas de diseño que nacieron asociados con la geometría euclidiana, junto
con las escuadras
y
el compás, ahora que ya contamos con los de la geometría fractal?, ¿qué sen–
tido tiene involucrar humanos y herramientas en asuntos que van -en ocasiones- en contra de
su propia naturaleza? Si lo que queremos es concebir objetos simples vía el trazado de rectas y
ángulos rectos, es mejor ayudarnos con escuadras que hacerlo torpemente a
mano alzada.
Pero
si se trata de concebir objetos complejos y dinámicos, es mejor optar por otras herramientas .
Además, dejarle a las máquinas aquellas rutinas del dibujo y del diseño que saben hacer mucho
mejor que nosotros,
y
reservar nuestra mente para el verdadero pensamiento creativo, es apro–
vechar las ventajas tecnológicas para complementarlas con las nuestras.
Así, ante el advenimiento de máquinas que dibujan y construyen objetos complejos con
una rapidez y una precisión incomparablemente mayor que la nuestra, sería mejor aprender
a diseñar conceptos que puedan ser optimizados y ejecutados por ellas . Incluso, sería mejor
diseñar máquinas que depuren las semillas de conceptos que generan más conceptos y que,
una vez llegado al límite, construyan objetos sin tacha. Esto ya no debería sorprendernos en lo
más mínimo. Es más , visto desde esta perspectiva, si la tecnología de los objetos simples fue
la de las culturas que inventaron y desarrollaron el uso de la escuadra
y
el compás, la de los
objetos complejos debería ser la nuestra. Apoyados en el nuevo paradigma del pensamiento
complejo y ante los ojos azorados de nuestra cultura, se atisban nuevos continentes del diseño
listos para ser conquistados. De ser así, podríamos entonces intentar deshilvanar la madeja
del orden disimulado en el desorden aparente para construir nuevas estéticas y nuevas sen–
sibilidades; sí, podríamos aprender a diseñar objetos como el
ADN
diseña organismos [véase
Diseñar conceptos) .
Hasta aquí el resumen del contenido del libro.
Después de la frustrante espera de año y medio para que se hicieran todos los trámites ad–
ministrativos (incluidos el dictamen, el contrato y demás detalles preparativos), se entregó este
libro en su versión
PDF
(totalmente terminado) a las autoridades universitarias a fin de que pro–
cedieran a su publicación . Tal demora nos dio la oportunidad para realizar por cuenta propia
nuestra primera edición en junio de 2008.
1...,8,9,10,11,12,13,14,15,16,17 19,20,21,22,23,24,25,26,27,28,...144