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¿DISEÑAR CON FRACTALES? ¡VAYA UN ABSURDO!
una causa muy pequeña, que se nos escapa, determina un efecto considerable que no podemos dejar
de ver y entonces decimos que ese efecto se debe al azar;32
concepto que desde 1873 ya había sospechado Maxwell:
si bien las mismas causas producen los mismos efectos, cuando hay sensibilidad a las condiciones
iniciales, las causas semejantes pueden no tener efectos semejantes.
33
Los científicos de la época estaban atrapados en la creencia de la perfección y predictibilidad
de las formas perfectas (círculo, esfera, etcétera), cuyo peso histórico se remontaba a los dos
milenios y medio de creencias de sus más prestigiados antecesores. Entretanto, encadenados a
esta ideología, nadie pudo siquiera imaginar la posibilidad de ver a la regularidad enmascarada
dentro del azar, al orden enmarañado dentro del desorden aparente, a la ley dentro de las apa–
riencias de la ilegalidad. Habría que esperar el advenimiento del cálculo rápido y las capacidades
de visualización inmediata de las computadoras, habría que esperar al sorprendente hallazgo
de los
atractores extraños (v. gro
el
atractor de Lorenz)
y a la generalización de la paradójica idea
de fractalidad realizada por Mandelbrot. Para muchos físicos, incluso, los problemáticos fenó–
menos de la turbulencia fueron considerados demasiado peligrosos para perder el tiempo en
ellos.
34
Así las cosas, a pesar de su desagrado por los resultados de los sistemas de ecuaciones
no-lineales,
y
mientras no se atrevieran a romper con esa atadura conceptual, los nuevos descu–
brimientos, que allanaban el territorio de lo que después se llamó el
caos determinista,
tuvieron
que esconderse provisionalmente en el cajón del
Museo de las monstruosidades matemáticas.
A estos problemas se sumaban dos dificultades inusitadas para la supervivencia del modelo
del determinismo mecanicista: las velocidades extraordinariamente grandes
y
el mundo de lo
infinitamente pequeño. No obstante, una vez que se superaron los frenos impuestos por los
modelos históricos anteriores, una nueva concepción del mundo había nacido; y de esta crisis
surgieron durante el siglo xx, la teoría de la relatividad y la mecánica cuántica, primero, y el caos
determinista
y
la geometría fractal, después.
35
32
Jules Henri Poincaré,
Ciencia
y
método
(1908), citado en Moisés José Sametband,
op. cit.,
p.
32.
33
James Clerk Maxwell,
Conferencia de
1873, citado en
ibidem.
34
Cj,
James Gleick,
op. cit.,
pp.
22, 29 Y121.
35
Cj,
Moisés José Sametband,
op. cit.,
pp.
39 Y24.
1...,18,19,20,21,22,23,24,25,26,27 29,30,31,32,33,34,35,36,37,38,...144