aspecto económico y politico, en donde la resistencia y disidencia son destruidas por medio de alegar
motivos religiosos.
Es importante señalar que las expulsiones en el
90%
de los casos, ha correspondido a indígenas que
optaron por alguna religión protestante, además, a la fecha es mínima la participación de la iglesia
católica en la comunidad Chamula. En este sentido tiene mucha razón el obispo Samuel Ruiz Garcia
al afirmar "que los indigenas no son infrahumanos, .. tienen firmes ideales y enormes capacidades",169
las autoridades en la comunidad Chamula han dado muestra de ello con creces.
Cuando el protestantismo tomo fuerza en los Altos de Chi:;!pas el obispo Samuel Ruiz García, se
refirió a ellas como religiones y sectas que dividen y confunden a los indígenas, por ello los problemas
originados al interior de las comunidadec;, sin embargo, hoy ante la fue rza de los protestantes el
obispo asegura que " ..en México hay una relación bastante favorable, inclusive solidaria, de
evangélicos hacia católicos .. .y aunque hay querellas y resquemores añejos entre los grupos
religiosos, el acercamiento es grande .. Hay avances significativos. La convivencia puede ser
armoniosa".170 Es claro que ante un enemigo común es mucho más factible unir que dividir, muestra
inequívoca que en la "lucha por las conciencias" la desgracia puede ser un buen motivo para atraer
fieles.
El poder politico-religioso en la comunidad Chamula entraña esa reciprocidad cuando muchos
políticos recurren a los religiosos para consolidarse y cuando los obispos o sacerdotes, aparecen
como verdaderos factores del poder politico. Cuando no hubo acuerdo entre el obispo Samuel Ruiz
García y los caciques chamulas, el resultado fue la expulsión de catequistas y por ende, de los
principios religiosos de la diócesis. En este proceso en donde la "disputa de las conciencias· aparece
como la apariencia, la esencia del problema radica en el con trol económico-politico y religioso del
grupo caciquil Chamula, es decir, un control temporal, y por el otro establecer el mandato eterno al
control religioso a través de la diócesis de San Cristóbal.
El resultado fue la expulsión y no adopción de tos mandatos católicos representados por Samuel Ruiz,
ademas de redefinir el pleno control comunal en lo económico, político y cultura, por parte de las
autoridades comunales. En el fondo religión y política en una sociedad laica son muy difíciles de
separar, en donde el discurso religIOSO y político son sociales en sentido amplio y restnngido a la vez.
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