adquirir un apartamento mejor equipado a través de uno de esos pro–
gramas. Pero existen también muchas personas que no quieren mar–
charse del centro, ya que, por razones económicas (falta de acceso a
los programas de fomento), no tienen esa posibilidad o porque apre–
cian altamente las ventajas que ofrece una efectiva combinación de
lugar de residencia y lugar de trabajo, lo que raramente puede en–
contrarse fuera del centro (Mantecón, 1990:18)14
En relación con las formas de uso primarias (lugares de trabajo,
vías de comunicación, etcétera) se ponen de manifiesto otros aspectos
de la diferenciación del centro. La mayoría de los edificios del sector
occidental está destinada a comercios y oficinas; llama la atención la
gran cantidad de bancos, boutiques, tiendas de víveres finos y paste–
lerías, modernos restaurantes de servicio rápido, grandes librerías,
cadenas internacionales de joyas y peletería. Policías y vígilantes se
encargan de mantener despejadas de ambulantes las amplias aceras
y las recién remozadas zonas peatonales. A éstos sólo se les permite
instalar sus puestos alrededor de las estaciones del Metro y de algu–
nas calles aledañas al Zócalo.
En el lado este del centro, por el contrario, no parece haber dife–
rencia entre la acera y la calle. Los ambulantes ocupan con sus gran–
des puestos amplios sectores de la vía pública, y si uno no quiere
colarse a la fuerza por entre el compacto gentío apiñado delante de
los puestos y de los pequeños escaparates de los comercios, usa la
calle de una sola senda y camina en zigzag detrás de uno de los carre–
tones recargados o en medio de un tránsito casi estático. Además de
baratos productos de plástico manufacturados en el sudeste asiático,
tales como juguetes, aparatos eléctricos y de cocina, imitaciones de
artículos de marca producidas en México, como zapatillas deportivas
y prendas de vestir, hay también artículos tradicionales como
cucharas de madera, zapatos, cassettes de música y toda suerte de
reft;gerios.
El
nivel de ruido es enorme. Los más disímiles tonos y
melodías 'de las bocinas de los autos, en su mayoría detenidos, se
.. 61
%
de los habitantes del centro trabajaban también en él. Sólo en el Palacio
Nacional
y
en las oficinas del ayuntamiemo situado en el Zócalo trabajaban más de
12000 personas (Davis, 1994:158).
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