Un indicio de la indiferencia hacia la plaza es, según Mercado, su
percepción como lugar sucio, a pesar de que es barrida a diario con
esmero. Para él, éste es uno de los retos principales para la urbaniza–
ción, ver el centro como una unidad a fin de devolverle su importan–
cia simbólica. Ello no sólo sería de suma importancia para la percep–
ción de la plaza misma, sino que jugaría un papel fundamental en la
identificación de los pobladores con el centro y con toda la ciudad:
Nuestra idea no debe ser la de una plaza romántica del siglo
XIX.
Es
preciso darle a la gente la sensación de que está acabado. No en el
sentido de que ya no sirva, sino recuperar la idea de que estamos en
un espacio completo en todos los sentidos, físico, simbólico. Creo
que es un gran reto. La idea de que este espacio está sumamente
fragmentado e incompleto es algo que incide en su entorno; el espa–
cio no ha sido capaz de estructurar su entorno . Es como un vacío,
cuando debería ser el eje en torno al cual se organiza todo el espacio.
Al centro hay que darle mayor importancia (entrevista con A. Merca–
do, 6 de marzo de 1997).
Desde este punto de vista, el objetivo no sería "liberar" al centro de
determinadas actividades, por ejemplo el ambulantaje o las manifes–
taciones. Por el contrario, Mercado propone subrayar el papel del
centro como parte activa y animada de la ciudad. Con un plan bien
estructurado sería posible incluso trasladar más actividades hacia el
centro. Mientras el programa del Fideicomiso separa aún más desde
el punto de vista espacial las diferencias socioeconómicas existentes
en el centro, los colaboradores del Proyecto Centro Histórico defien–
den el principio de no agravar esas diferencias ni borrarlas del todo.
Con acciones bien encauzadas planean llevar a cabo la visión de un
centro de la metrópoli activo, aunque contradictorio, que sea utiliza–
do a la vez por diferentes grupos (entrevista con A. Mercado, 6 de
marzo de 1997).
La diferenciación económica y social en el espacio concreto del
Centro Histórico de México aquí descrita, coincide con las condicio–
nes estructurales de otras metrópolis. A esta diferenciación podría
llamársele la "simultaneidad de lo no simultáneo" que se observa en
114
1...,104,105,106,107,108,109,110,111,112,113 115,116,117,118,119,120,121,122,123,124,...306