bas materiales de la existencia de una cultura autóctona, ya que por
esa misma época comenzaba a incrementarse el interés de los crio–
llos por la cultura prehispánica, pues hasta entonces el interés por el
mundo indígena sólo había tenido como objetivo su represión ideo–
lógica
(Cf.
Matos, 1988:75). Fue entonces que Antonio de León y
Gama aprovechó la ocasión del hallazgo de la diosa Coatlicue y de la
Piedra de Sol para demostrar que los conquistados aztecas habían
alcanzado un alto desarrollo de su civilización
(Cf.
Matos, 1988:77).7
El emergente interés por la cultura prehispánica coincide con la si–
tuación política de finales del periodo colonial español y con el pu–
jante movimiento independentista. Los inicios de una conciencia
nacional y de una identidad mexicana se manifestaban, entre otras
cosas, en la proliferación de colecciones privadas de hallazgos arqueo–
lógicos del arte prehispánico (Boone, 1983:19). En el debate en torno de la
piedra de la Coatlicue se ponían de manifiesto las ideas positivas de fines del
siglo
XVIII
sobre el valor del arte indígena, las cuales predominarían
hasta bien entrado el
XlX
(Bernal, 1992:77).
En las excavaciones del Templo Mayor realizadas casi doscientos
años después pueden reconocerse algunos paralelos en la manera
de abordar la historia. Aunque desde principios del siglo
XIX
muchos
investigadores se habían ocupado de la configuración del templo az–
teca, y en el transcurso del siglo xx se realizaron investigaciones de
carácter científico,8 nunca hasta los hallazgos de 1978 se había
7
Ya Carlos de Sigüenza
y
Góngora (1645-1700), importante representante de
una nueva concepción de la historia, se refirió positivamente
al
papel de la cultura
prehispánica en la formación de una identidad. Con sus estudios sobre la antigua
historia prehispánica
y
su glorificación del México antiguo, sentó las bases para la
fusión de la cultura hispánica e indígena, revelando un nuevo México mestizo
(el
Bernal, 1992:49). A pesar de los intentos de Sigüenza
y
Góngora, no hubo todavía
en esa época un interés activo por excavar monumenLOSu
objetos
antiguos.
Se le
otorgó una mayor prioridad a la formación de grandes colecciones de escritos
y
de hallazgos. cuya significación
y
coherencia sólo se mostraría mucho más tarde
(Bernal, 1992:63).
8
Después que Eduard Seler, el primer director de la Escuela de Arqueología
y
Etnología fundada en 1910, defendiera
el
uso de nuevos métodos
y
principios
de investigación, Manuel Gamio, por ejemplo, realizó investigaciones en el cen–
tro de la ciudad
y
descubrió en 191 3 restos del muro de serpientes concebido
alrededor del templo
(Cf
Boone, 1983:44).
83
1...,73,74,75,76,77,78,79,80,81,82 84,85,86,87,88,89,90,91,92,93,...306