я(Ц1е1
(¡ue puede reconocer la validez de las papeletas electorales
fuera
(Ili las fábricas.
Al respecto, puede ser útil recordar una opinión de Spaventa sobre los
programas fondomonetaristas; "el impacto del programa total sobre la ex–
pectativas es tan importante como una correcta definición de las metas,
y su eficiencia puede ser ampliada o disminuida por un grado mayor o
menor de consenso político y social. Tal consenso no es un problema que
el Fondo pueda esperar resolver, pero tampoco es un problema que el
Fondo pueda permitirse olvidar".'" Otro autor apunta al "escaso entusías-
mo por considerar las políticas de estabilización como un programa social
concertado.'* En suma, entre las políticas del
F M I
y e! consenso social se
tiende a generar una clara contradicción. ImpHcilamentc, Spaventa consi–
dera al sistema democrático como
un
dato (o "variable independiente") y
de allí sus dudas sobre la doctrina. El economista italiano escrit)e para
Europa, pero en América Latina, ¿tenemos derecho para pensar a! con–
senso como un dato irremovible?
La evidencia muestra más bien lo contrarío. Es decir, el intento de
aplicar coherentemente la doctrina ha conducido a "olvidar" el consenso
y a !a instauración de regímenes autoritarios.
5. El auge del conservadurismo es un fenómeno que también se ob–
serva, y con gran fuerza, en los países centrales del sistema capitalista.
Dicho auge está muy asociado
a
la crisis del patrón d e acumulación
vigente en la posguerra y a lo (pie podría denominarse crisis ideológica
(o crisis d e confianza) de las políticas económicas, de inspiración más o
menos keynesiana, que lo acompañaron y racionalizaron. Robert
J,
Barro,
uno de los principales exponentes de la denominada "moderna macroeco.
nomía clásica" o escuela de las "expectativas racionales",'' escribe quo "la
macroec»nomla se encuentra en un estado de cambio. El modelo keyne–
siano, que tuvo aceptación casi universal como paradigma básico hasta
finales de la década de I960, es cada día menos popular".'" De hecho, en
el manual de macroeconomia escrito por tal autor, el modelo keynesiano
ocupa 25 páginas sobre un total de 539 (edición castellana).
En el plano politico, para concentrarnos en Estados Unidos, Reagan
representa el climax del conservadurismo. Sostiene, por ejemplo, que "el
Luigi S p a v e n t a , " T o w teiter» o f Intent: E í l e r n a t Crisii anil Slabùlization
Policy,
Italy 1 9 7 3 - 1 9 7 7 " , e n
J.
V/illianison ( e d i t . ) ,
IMF
CondhionaUty,
I n ü i t u l e for Interna–
tional E c o n o m i c ! , W a s h i n g t o n , D . C . , 1 9 8 3 , p . 4 6 5 .
" R . D o r n b u s c h , " C o m m e n t i " , e n W i l l i a m s o n
( e d i t . ) ,
op. cit.,
p. 2 2 9 .
" E n realidad, Hirbo e n f o q u e n o tiene n a d a d e clájieo. E s m S i bi*n u n a rcactuali-
zación d e las hipótesis b i s i c a í d e l n e o c l a s i c i s m o
(^Valraj, J e v o n i , e t c é t e r a ) . L a deno–
m i n a c i ó n deriva d e la confusión introducida p o r K e y n e s al calificar d e "clásicos" a los
n e o d í í i c o í .
" R . J. B i r r o ,
htae
'oecoT
\am\a,
Editorial I n t e r a m e r i c a n a , M é x i c o , 1 9 8 6 , p, i x .
peder impositivo del gobierno, ., no debe ser usado para regular la econo–
mía
o
traer cambio social". Asimismo,
en
el
Informe
Económico
Presiden–
cial
de febrero de 1982, indica que "mi primer y más importante objetivo
ha sido mejorar el desempeño d e la economía reduciendo el papel del
Gobierno Federal en todas sus muchas dimensiones ( . . . ) debemos dejar
a la iniciativa privada todas las funciones que los individuos pueden des–
empeñar privadamente"."
Como debiera ser evidente, el proyecto de reestructuración no se limita
al plano interno de la sociedad estadounidense. Por el peso y
nes "bacía afuera" del Estado imperial, tales mutaciones necesariamente
provocan un gran impacto en el resto del mundo. Pero no so trata, en
exclusividad, de los efectos o impactos puramente "espontáneos". En Es–
tados Unidos todo proyecto d e recstnictiiración debe funcionar con una
dimensión internacional explícita. Es decir, también supone una reestruc–
turación dada de la economía internacional, la cual se pndrá lograr, en
mayor o menor grado, según la correlación de fuerzas que opere en el
plano internacional.
Al terminar la Segunda Guerra Mundial, la supremacía económica y
política de Estados Unidos resulta aplastante, Al finalizar los sesentas ya
se observan cambios significativos y se puede hablar, si bien uo de pér–
dida de su papel hegemóniíro, sí d e un deterioro más o mencts significa–
tivo. En este sentido, e! proyecto de reestructuración global de fieagan
(frente al campo "socialista", frente a las otras potencias capitalíslas y
frente a la periferia capitalista) persigue un objetivo muy evidente y e x –
plícito: recuperar la ofensiva y la vieja posición hegemónica. No es casua–
lidad, por lo mismo, que hasta el lenguaje de la actual administración
recuerde las encendidas —y brutales— peroratas de un Foster Dulles y, si
nos vamos más atrás, de un Tedoro Roosevelt, el arquitecto del 'íig
sitck.^'
Por ahora, no es e! caso entrar a un examen detallado del proyecto
global de reestructuración manejado por Reagan. De momento, y fijando
la atención en América Latina, nos bastan algunas consideraciones muy
elementales y generales.
Según Reagan, "la manera de la Administración de abordar los asuntos
económicos internacionales está basada en los mismos principios fiuc sus-
"
A m b a s cilas, t o m a d a s d e
CEPAL,
Retacionn
ironómicaí
inttinacionoiis
y
conpt-
ración regional
de América
Latino
y ti Caribe,
S a n l i a g o d e d ' i l e , 1 9 8 7 ,
p. 77.
"
T e o d o r o Roosevelt
dixit;
"desearía q u e t u v i é r a m o s u n a política rxlcrior d r c o n -
si'tcncia perfecta
y
q u e la finalidad d e e^a política fuera la expulsión d e indas l a ' p o –
tencias e u r o p e a s
y
q u e c a d a p i e d e tucln a m e r i c a n o e'tin iera e n m a n e d e . estado»
a m e r i c a n o s i n d e p e n d i e n t e s
y,
d e s e r posible, e n p o d e r d e los Estados U n i d o s b a j o su
p r o l e c c i ó n " . Cf, F.. E , M o r r i s o n ,
Thr Itllfrí
of Theadft
Rnmfpelt,
M a i s a c b u s c l i ' ,
1951, v o i .
I,
p, 7 4 6 . C i l . e n A . M u r g a ,
f.nclaír
y tociedati
s n
Haniluiai.
Edil.
U n i v e r –
sitaria, T e g u c i g a l p a , 1?B5, p.
^6.
1...,109,110,111,112,113,114,115,116,117,118 120,121,122,123,124,125,126,127,128,129,...277