puede convertir a Tolcio en un mar de lluvia acida. Con los trans–
portes modernos, también es evidente que gran parte del Primer
Mundo ha perdido el control de sus fronteras. Donde hay enor–
mes diferencias de ingresos entre regiones contiguas (Estados
Unidos/México, Europa meridional/Africa septentrional), los
seres humanos encuentran algún modo de trasladarse. Si un país
desea continuar siendo miembro del Primer Mundo, no tiene
más alternativa que realizar las inversiones necesarias en estos
nuevos inmigrantes y en sus hijos. Pero esta actitud deteriora el
nivel de vida de los que ya viven en el país, exactamente como si
ellos mismos tuviesen más hijos.
Los extranjeros ricos no pueden obligar a los nativos po–
bres a tener familias más pequeñas. Pero los extranjeros ricos
pueden concentrar ¡a ayuda económica donde esta puede ser
más útil. Ayudar a los países de rápido crecimiento demográfico
es malgastar el tiempo. Nunca pueden elevar ei nivel de vida,
por mucho que se esfuercen o por mucho que se les ayude. La
ayuda económica exterior debe concentrarse en los países sub-
desarrollados con tasas de crecimiento demográfico más lento o
donde se realizan grandes esfuerzos para reducirlas. Proceder
de otro modo es malgastar los limitados recursos en una tarea
sin esperanza. Lo que Alemania, Japón y Estados Unidos no
pueden lograr -enriquecerse mientras sus poblaciones crecen
de prisa- no puede ser hecho por otros.
LOS DESEQUILIBRIOS ESTRUCTURALES
DEL COMERCIO
El déficit comercial norteamericano y los excedentes de
Japón y Alemania (son esencialmente imágenes reflejas uno de
los otros) están originando fuerzas gravitatorias económicas se–
mejantes al de un agujero negro en el espacio. Se cree que exis–
ten agujeros negros donde al parecer no existe nada, donde todo
lo que ingresa se esfuma. Las fuerzas gravitatorias son tan inten–
sas en el interior de un agujero negro que ni siquiea la luz pue–
de emerger, por lo tanto, de ahí el nombre. Como nadie puede
idear el modo de visitar un agujero negro para informar acerca
de lo que haya allí, lo que sucede en un agujero negro debe de–
ducirse de lo que no puede verse. A causa de las fuerzas gravita–
torias intensas, se cree que la naturaleza misma de la materia
está modificada esencialmente.
Lo mismo sucede con los actuales desequilibrios estructu–
rales en el comercio. Si bien antes ya ha habido déficits y exce–
dentes comerciales, nunca habían sido tan considerables y ni
existieron durante períodos tan prolongados. Cuanto más duran,
mayor el impacto posible. En definitiva, lo mismo que un aguje–
ro negro real, estas fuerzas llegarán a ser tan considerables co–
mo para torcer y deformar la naturaleza misma de la economía
mundial.
A partir 'de un excedente de ó.ООО millones de dólares
en 1981, Estados Unidos se hundió en el déficit al repre–
sentar su papel tradicional de locomotora económica des–
pués de la recesión de 1981-1982. Como Estados Unidos
crecía más velozmente que la mayor parte del resto del mun–
do, sus importaciones aumentaron más de prisa que las ex–
portaciones, pero esto se vio magnificado por la peculiar
mezcla de políticas fiscales y monetarias adoptadas por el go–
bierno de Reagan durante sus dos primeros años de gestión.
Las elevadas tasas de interés se combinaron con los grandes
recortes impositivos y un gran aumento en los gastos para la
defensa. Los recortes impositivos y los aumentos en los gas–
tos suministraron una locomotora keynesiana a la economías
norteamericana y mundial, pero las altas tasas de interés
atrajeron enormes flujos de capital extranjero, elevaron de
manera drástica el valor del dólar y condujeron a un déficit
comercial mucho myor que lo que habría sido el caso si Esta–
dos Unidos se hubiese limitado a representar su tradicional
papel de locomotora para salvar al mundo de su recesión. Sin
esas elevadas tasas de interés, el dólar habría caído mucho
antes.
A mediados de la década de 1980 se abrigaba la esperanza
de que un modesto ajuste en el sentido descendente del valor
del dólar curaría los desequilibrios estructurales del comercio
que se habían manifestado en la primera mitad de la década de
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