Contra un Diseño Dependiente - page 228

5.6
PROBLEMAS PERVERSOS
Horst Rittel y Melvin Webber, The Design Activity,
Man Made Futures
, The Open University Press, London, 1974.
Creemos que una de las razones por las cuales el público ha atacado a las pro­
fesiones sociales, es que el estilo cognoscitivo y ocupacional de éstas -imitando
el estilo cognoscitivo de la ciencia y el ocupacional de la ingeniería-, no ha fun­
cionado en una gran variedad de problemas sociales. El hombre común se que­
ja debido a que los planificadores y otros profesionales no han tenido éxito en
resolver los problemas que pretendían poder resolver. Queremos sugerir que
las profesiones sociales se despistaron al creer que podían ser científicos apli­
cados, que podían resolver problemas de la misma forma en que los científicos
resuelven sus propios problemas. El error ha sido serio.
El tipo de problemas con los que se enfrenta el planificador -problemas so­
ciales- son diferentes, inherentemente, de los problemas a los que se en­
frentan los científicos y algún tipo de ingenieros. Los problemas de
planificación son perversos inherentemente.
Para distinguirlos de los problemas de las ciencias naturales, que son defini­
bles y separables y que pueden tener soluciones que pueden ser encontra­
das, los problemas de planeación gubernamental -especialmente los de
planeación política o social- son mal definidos; y dependen de un juicio políti­
co elusivo para su resolución (no "solución", ya que los problemas sociales
nunca son solucionados, cuando mucho son resolucionados una y otra vez).
Permítasenos dibujar un esbozo que ayude a clarificar esta distinción.
Los problemas sobre los que usualmente se enfocan los científicos y los in­
genieros son en su mayoría "dóciles" o "benignos". Por ejemplo, considérese
un problema de matemáticas, como el de resolver una ecuación, o la tarea
de un químico, o la de un jugador de ajedrez que trata de lograr un jaquema­
te en cinco movimientos. Para cada uno de ellos la misión es clara. Y es cla­
ra aunque los problemas se resuelvan o no.
En contraste, los problemas perversos, no tienen ninguna de estas caracte­
rísticas clarificadoras e incluyen casi todos los asuntos de política pública, ya
sea que se trate de la localización de una carretera, el ajuste de un impues­
to, la modificación de un currículum escolar o la confrontación con el crimen.
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