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¿DISEÑAR CON FRACTALES? ¡VAYA UN ABSURDO!
nueva posmodernidad producto de las ciencias de lo complejo, ¿será el diseño de objetos visual y
estructuralmente complejos el resultado ineludible de diseñar con ayuda de la geometría fractal?
Vista como herramienta conceptual, ¿acaso la geometría euclidiana (maestra en la idealización
de lo simple) nos alentó, sugirió, orientó, prejuició, condicionó y determinó a inventar las formas,
espacios y cuerpos simples de los estilos históricos clásicos observados en la arquitectura y las
modas culturales, al tiempo que nos imponía dificultades técnicas y epistemológicas?, ¿o fue que
definitivamente nos desalentó, para diseñar formas tan complejas como las producidas por la
naturaleza?
En otras palabras, pareciera como si ante nuestra conciencia las formas complejas del barro–
co (y del ultrabarroco) atentaran contra las leyes puras de la geometría euclidiana de lo simple,
como si para diseñar lo complejo tuviéramos que romper provisional e irrespetuosamente las
reglas inmaculadas de lo clásico, como si al realizarlas (y gozarlas) renunciáramos (parcial y
momentáneamente) a los preceptos cuasi-religiosos de la geometría euclidiana. A juzgar por
la evidente dificultad para dibujar planos de objetos complejos1 25 (o, en último caso, reconocer
nuestra incapacidad para poner en planos nuestras ideas y preferir, en cambio, la construc–
ción en directo objetos inusitadamente complejos), las herramientas conceptuales y materiales
aportadas por la geometría euclidiana han obstaculizado la forja de las formas complejas, y han
actuado como un auténtico freno para indagar desinhibidamente en el universo inexorable de
todas las formas posibles.
Ahora bien, pese a que -como la geometría euclidiana-la geometría fractal y el caos determi–
nista son un modelo imperfecto de la realidad, su destreza para emularla es incomparablemente
mejor que la de los axiomas de Euclides. Además, la habilidad para construir (vía la tecnología
digital, las máquinas estereolitográficas, la nanotecnología, la robótica y la biotecnología) for–
mas complejas que respeten las leyes de la naturaleza, hace del caos y los fractales el modelo
más viable para diseñar y construir los objetos hipercomplejos de la emergente cultura del ter–
cer milenio. Pese a la advertencia del mismo Mandelbrot acerca de que la geometría fractal
describe mejor de lo que explica,126nos encontramos ya ante modelos útiles que representan un
paradigma emergente para la investigación y el desarrollo. Por otro lado, el efecto holístico de
autosimilitud, donde cada parte es un microcosmos del todo, emparenta a la geometría fractal
con el concepto de holograma,127 así como con el cuento del
Aleph
de Borges, donde cada punto
contiene en su interior universos enteros.1 28
En esta emergente interpretación de la naturaleza, donde el sentido común se hace añicos,
estamos obligados a reaprender el sentido de la realidad. A pesar de las insuficiencias detecta–
das, los fractales no sólo describen - e intentan explicar- sino que ya sirven como modelo para
diseñar artefactos en diferentes áreas de las disciplinas científicas contemporáneas. El diseño de
125
Véase: planos simplificados de retablos churriguerescos o, en nuestros días, el número inusitado de planos y los problemas
suscitados durante la construcción del Museo Guggenheim de Bilbao, de Frank O. Gehry (1997).
126
ej,
Benoit Mandelbrot comentado en James Gleick,
op.
cit.,
p. 118.
127
ej,
J. Briggs y F. D. Peat,
op. cit.,
pp. 201, 11 1
Y
112; David Bohm,
Wholeness and the Implicate Order,
Routledge
&
Kegan,
Nueva York, 1980.
128
ej,
Jorge Luis Borges,
El Aleph,
México, Gallimard-Promexa, Gran colección de la literatura un iversal, 1982, pp. 152-162.
1...,82,83,84,85,86,87,88,89,90,91 93,94,95,96,97,98,99,100,101,102,...144