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¿DISEÑAR CON FRACTALES? ¡VAYA UN ABSURDO!
un modelo acorde con nuestros ideales más puros de simplicidad, ideales patentados de manera
ejemplar en los principios de la geometría euclidiana.
Desde los tiempos de Euclides, las mediciones simplificadas de longitud, profundidad y an–
chura, fallaron al capturar la esencia de las formas irregulares porque se carecía en ese entonces
de las ideas y de las herramientas para el tratamiento de los espacios complejos. La obediencia
sumisa al modelo de pensamiento impuesto por el legado euclidiano, donde el espacio tiene
tres dimensiones, el plano dos, la línea una y el punto ninguna omite, por ejemplo, la idea de
dimensión propuesta por Hausdorff en 1919.
118
Con ello en mente, en su peregrinaje tradicional
a Roma
(Prix de Rome) ,J19
y más allá de medir sus ideales de la
proporción perfecta
(cosa del todo
inexistente), los arquitectos midieron con equívocos las irregularidades y desproporciones de
los edificios ilusoriamente llamados
perfectos
de la Antigüedad clásica. En pos del ideal los ar–
quitectos falseaban las medidas reales; con su
toesa
l20
en la mano alteraban sistemáticamente las
proporciones de longitud, profundidad y anchura. Estos hechos quedaron demostrados a partir
de que Antoine Babuty Desgodets puso en evidencia que la búsqueda larga e infructuosa de
los arquitectos por encontrar la
proporción perfecta
fue producto de su mera invención.
l2l
Por
otro lado, más allá de las fronteras de la arquitectura, recordamos que desde antes de Euclides
los astrónomos ya deseaban un mundo ordenado y, para alcanzarlo, inventaron una geometría
a propósito para que les facilitara la confirmación de dicha ideología. Debido a lo anterior, no
debería sorprendernos el hecho de que los astrónomos se hayan concentrado en los idealiza–
dos movimientos y formas de los astros y que, a su imagen, el resto de la cultura (arquitectos
incluidos) hayan ocultado de sus intereses la realidad omnipresente e inconmensurable de los
procesos, de los objetos
y
de sus formas
subversivamente
irregulares .
Así, ante la sospecha de un mundo intolerablemente desordenado, inventamos uno aceptablemen–
te regular y predecible; en nuestros deseos y en nuestros pensamientos
-y
sólo en ellos- doblegamos
la realidad compleja a nuestro apetito ideológico por lo simple
y
lo ordenado. Ciertamente, nuestro
universo de hoyes el mismo que el del pasado pero, si hasta ayer creímos en un mundo simple gober–
nado por leyes simples, hoy empezamos a creer en un mundo complejo, pero gobernado por leyes
simples. Nuestra inexperiencia en asuntos de lo complejo no es, por lo demás, nada sorprendente: si
la naturaleza ha sido durante miles de millones de años la única maestra en el diseño de objetos com–
plejos, nosotros llevamos apenas unas cuantas décadas de reconocer su existencia con la intención
de servirnos de él (después del descubrimiento del caos determinista
y
de la geometría fractal). Apro–
vechar estos nuevos conceptos para nuestro beneficio, con el propósito de diseñar objetos artificiales
liS
Cj,
Vicente Talanquer,
op.
cit.,
p.
17;
César Momoy Olivares,
op. cit.,
p.
151.
El "espacio de Hausdorff" donde radican las
curvas fractales, es un espacio métrico completo,
ej,
César Monroy Olivares,
op.
cit.,
p.
148.
119
Prix de Rome:
premio anual instituido en 1663 por Luis XIV y dirigido a jóvenes pintores, escultores y arquitectos. El premio
consistía en una estancia de cuatro años en la Academia de Francia en Roma, situada en el Palacio Mancini, para estudiar la cultura
clásica y el Renacimiento. La institución encargada de otorgar el
Prix de Rome
fue la
Aeadémie des Beaux-Arts.
120
Toesa: antigua medida francesa de longitud, equivalente a un metro y
946
milímetros, y empleada todavía en la década de
1790,
antes de la instauración del Sistema Métrico Decimal.
121
Cj,
Javier Covarrubias,
Del Neoclásico al Movimiento Moderno. Un momento en el respirar de laforma,
''El vacuo delirio de
la proporción perfecta'; Lulu,com/es,
2008,
pp,
218-252,
1...,80,81,82,83,84,85,86,87,88,89 91,92,93,94,95,96,97,98,99,100,...144