11. APRENDER A DISEÑAR COMO DISEÑA LA NATURALEZA
y nos revela ahora un universo previamente inaccesible (no debido a que fuera muy pequeño
o estuviera demasiado lejos, sino porque fue tan complejo que ninguna mente humana pudo
descifrarlo) ,77 las hipotéticas máquinas de diseño del futuro amplificarán nuestras mentes crea–
tivas para enfrentarnos a problemas de diseño localizados en la región de lo indescriptiblemente
complejo. Tan pronto como comprendamos que, en el campo del diseño, la complejidad del
mundo es un reto y no un obstáculo, una oportunidad y no una barrera, los límites biológicos
que ahora estrechan la creatividad de nuestras mentes se expandirán más allá de toda visión
artesanal. A partir de entonces, la distancia entre las ciencias exactas, las ciencias humanas y las
llamadas (por algunos) ciencias del diseño, podría hacerse menos insalvable.
Desde su perspectiva, lIya Prigogine insiste en que:
Tras nosotros queda la concepción de la realidad objetiva que reclamaba que la novedad y la diversi–
dad fueran negadas en nombre de leyes inmutables
y
universales. 78
Donde quiera que miremos encontramos evolución, diversificación, inestabilidades
[oo .]
La visión de la
naturaleza ha sufrido un camb io radical hacia lo múltiple, lo evolutivo, lo complejo.79
Reconocer la complejidad, hallar los instrumentos para describirla y efectuar una relectura dentro
de este nuevo contexto de las relaciones cambiantes del hombre con la naturaleza son los problemas
cruciales de nuestra época. 8o
En particular, desafiando la interpretación estrecha de la conocida ley de la entropía (véase el
concepto de
la muerte tibia del universo),
la termodinámica de los procesos altamente alejados
del equilibrio nos explica ahora los procesos locales de creación química y biológica. La vida ya
no es un desacato a la ciencia sino que, por el contrario, y dadas ciertas circunstancias, la sola
interacción de la materia (sin apelar a principios vitalistas) conduce necesaria e inevitablemen–
te a la vida.
sl
Así, en las condiciones de la Tierra primitiva, la vida no tuvo más remedio que
surgir y evolucionar de acuerdo a sus posibilidades locales; análogamente, una vez aparecido
el pensamiento simbólico, nuestra especie no tuvo más remedio que crear y diseñar de acuer–
do a la percepción de sus necesidades locales. Es más, casi podríamos decir, parafraseando a
77
¡bid.,
pp.
274, 73 Y320.
7S IIya Prigogine,
¿Tan sólo una ilusión ', una exploración del caos al orden,
Barcelona, Tusquels, Cuadernos ínfimos 111.
1983,
pp.
218-219.
79 l1ya Prigogine e Isabel Stengers,
La nueva alianza, metamorfosis de la ciencia ,
Madrid, Alianza Unive rsidad, núm .
368,
1983,
p.
12.
80
lIya Prigogine,
¿
Tan sólo una ilusión', una exploración del caos al orden,
p.
46.
81
eJ,
lIya Prigogine,
From Being to Becoming;
lIya Prigogine, e Isabel Slengers,
La nueva alianza, metamorfosis de la ciencia;
Ilya Prigogine,
¿
Tan sólo una ilusión', una exploración del caos al orden.
[79]
1...,71,72,73,74,75,76,77,78,79,80 82,83,84,85,86,87,88,89,90,91,...144