escala que intenta propiciar un hundimiento parejo de la iglesia, a fin
de evitar que el edificio se parta en dos .
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La atmósfera singular reinante en el interior de la Catedral, en–
tre barras de andamios
y
prensas de tornillos, hace pensar en una
combinación casi surrealista e ntre la antigua
y
pomposa riqueza de
la Iglesia
y
la alta tecnología actual. Aunque a muchos visitantes pa–
rece maravillarles
tal
situación, casi todos acuden a contemplar la sun–
tuosidad religiosa
y
los tesoros del edificio. El padre Eduardo Aguirre
organiza regularmente unos recorridos que tienen como propósito,
delanteras fueron alargadas). Uno de los problemas fundamentales era
- y
es toda–
vía- e l subsuelo pantanoso de la antigua isla
y
las grandes lagunas sub terráneas.
A lOdo ello se añade que las medidas de drenaje adoptadas por los españoles.
destinadas a proteger a la ciudad ante las ame nazas de inundación, alteraron
el equilibrio del manto freático. Como el consumo de agua en la ciudad crecía
constantemente
y
a mediados del siglo
XIX
los antiguos acueductos ya no daban
ahasLO, los habitantes de la ciudad comenzaron a sacar el agua de los lagos subterrá·
neos situados en el centro de la ciudad por medio de pozos. Por último, el hundimien–
to
de la Catedral es tá condicionado también por el volumen del edificio,
pues sus 127 000 toneladas de piedra son demasiado pesadas para
tan
blando suelo.
10
AClUalmente la Catedral se halla unos siete metros más abajo que en la
primera fase de su construcción en elliiglo
XVI,
sobre todo la parte delantera del
edificio es la más afectada. Desde 1993, ingenieros mexicanos trabajan en el desarro–
llo
y
aplicación de un método para reducir el desigual hundimiento del edificio y
evitar así que éste se quiebre en dos.
La
edificación contigua ya está cerrada para el
tránsito de personas. La moderna técnica consiste en bombear agua
y
lodo desde
abajo del sector norte, la parte más elevada,
y
llevar el nivel de unos 42 metros a cerca
de 17 metros de profundidad, mediante unos agujeros perforados estratégicamente.
Al mismo tiempo, unos contrapesos de varias toneladas ejercen presión sobre los
cimientos contra el suelo, y con cuerdas de acero el edificio es llevado a su posición
original. Los trabajos parecen tener éxito, aunque constantemente
faltan
los recursos
financieros para evitar todos los daños colaterales. Desde que se iniciaron los trabajos
en 1993 se ha logrado restituir el desnivel en setenta centímetros. Durante una visita
guiada con el padre Fernando MartÍnez, nos explicaron (a un grupo de estudiantes
y
profesores) las técnicas de trabajo que se aplican en la "obra constructiva de la
Catedral". Nos llevaron a un complejo sistema de túneles subterráneos donde vimos,
además de ruinas aztecas
y
montañas de huesos humanos del antiguo camposanto
del pel;odo colonial, las instalaciones de alta tecnología realizadas por los ingenieros.
En la obra, que ocupa la parte trasera de la Catedral y está ocul ta a las miradas del
exterior, reina una atmósfera de laboriosidad
y
un gran ruido provocado por los
aparatos de bombeo. Si uno se desplaza hacia ese sector, la Catedral pierde toda su
aura de reverencia, convirtiéndose en una tambaleante obra en construcción.
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