iglesia originalmente, como un lugar de oración y de tranquilidad.
Actualmente sucede a menudo que incluso las iglesias se tornan bulli–
ciosas, como la Catedral, que es un lugar muy turístico y ruidoso,
donde se ha perdido por completo ese momento de tranquilidad.
Pero hay otras iglesias donde eso se encuentra todavía (en trevista con
Aguilar, 13 de agos to de 1997).
En la Catedral reina un continuo movimiento a pesar de sus tranqui–
los y Oscuros rincones. Turistas, feligreses, curiosos y hasta carteristas
se reúnen en este inmenso recinto oscuro. Por tanto, los visitantes no
sólo perciben la Catedral llenos de reverencia religiosa, sino que la
ven también como una atracción turís tica o como un lugar específico
de su práctica cotidiana.
Le pregunté al padre Aguirre qué significado tenía este lugar
especial para el Zócalo y cómo percibía él la plaza desde la Catedral.
Me respondió que el Zócalo era la Plaza Mayor de la ciudad, y la Cate–
dral, el edificio más importante de esa plaza, mucho más importante
que el Palacio Nacional. Desde hace mucho tiempo el gobierno, la
Iglesia y el comercio han sido las tres autoridades principales del cen–
tro, pero la Iglesia ocupa el primer lugar, lo cual se muestra también
en el tamaño de la Catedral, que soprepasa en altura a todos los de–
más edificios. La Catedral es la verdadera razón de la existencia de la
plaza, y la importancia de esta última se debe a la enorme significa–
ción de la primera, que es la que crea esa armonía especial en ella
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La Catedral es además el edificio más animado del Zócalo, visitado a
diario por numerosas personas que encuentran aquÍ paz y esperanza,
y que se comunican con Dios sobre su fe. Por último, la Catedral habla
a la ciudad y a sus habitantes por medio de los distintos tañidos de sus
JI
A la pregunta sobre la significació n del Templo Mayor visto desde la Cate–
dral, el padre, muy seguro, respondió: "Desde una perspectiva cultural la Iglesia
valora nuestra cultura prehispánica como una civilización rica
y
particular. Nos
duele que ya no exista. Sería fabuloso que existieran el Templo Mayor
y
la Cate–
dral. Pero es lógico que con cada conquista se produzca una ruptura, como las
que se han producido en toda la historia" (entrevista con el padre Aguirre. 12 de
marzo de 1997).
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