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(el Reyes, 1992:59). También las relaciones de Sofía con otros co–
merciantes parecen confirmar esto. La comunicación e interacción
con sus colegas estaban marcadas, en primera línea, por una prácti–
ca cotidiana: se ayudaban con dinero para el cambio, se cuidaban
mutuamente las cosas, compartían la comida y se dejaban recados .
Sólo raras veces las relaciones abarcaban otras actividades en co–
mún O visitas recíprocas a las casas.· Sofía decía que se entendía bien
con la mayoría de las personas en la plaza, que ella era tratable y no
quería problemas. Tampoco con los demás boleros había problemas
de competencia. Por lo demás, ella criticaba de manera agria a cole–
gas y comerciantes poco amistosos o que le eran antipáticos. Por sus
reacciones reservadas se podía deducir cuál de los inspectores le
desagradaba; éste siempre estaba borracho, el otro era muy ruidoso e
imperativo. Ella misma decía que desde que trabajaba allí sabía lo
que ocurría en la plaza, escuchaba las habladurías: Soy parte del chis–
me (conversación con Sofía, 20 de enero de 1997).
Sofía decía que era una suerte que le hubiesen asignado el Zóca–
lo como lugar de trabajo. Desde su casa, en el extremo oeste de la
ciudad, se llega con relativa facilidad al centro en el Metro; había
aquí muchos clientes y siempre pasaba algo. A la pregunta sobre
cómo percibía la plaza y si trabajar aquí era algo especial, respondió
que antes ella sólo venía de vez en cuando a hacer compras, pero
trabajar aquí era otra cosa. En realidad, era lo mismo día a día. A
veces venía el presidente o alguna otra personalidad importante del
gobierno al Palacio Nacional; eso se notaba porque toda la p laza era
barrida a fondo y adornada, y en ocasiones, como cuando la visita
de Bill Clinton en 1997, Sofía no pudo entrar a la plaza.
Ya no tengo una imagen del Zócalo, sino que es la rutina que reviste
un lugar cuando se está allí a diario. Ahora ya no digo: voy al Zócalo,
6 Mi papel parecía ser algo diferente. Sofía me invitó varias veces a su casa, la
acompañé en una visita a su hermana y viajé con toda la familia a una boda en su
pueblo.
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