mercanCÍas y cantidades que se vendan, pero también en dependen–
cia de las correspondientes organizaciones, se diferencia la forma
de utilizar las calles y la movilidad de los comerciantes . Los hay con
casetas ftias de metal, como, por ejemplo, Martín con su puesto de
jugos, o los vendedores de periódicos y de lotería. Otros tienen pues–
tos móviles, consistentes en una armazón de metal , planchas de
madera y de plástico, que arman y desarman a diario en el mismo
lugar. Y por último hay vendedores que simplemente extienden un
paño o un pedazo de cartulina en el suelo e improvisan sus áreas de
venta en lugares diferentes cada vez.
El espacio de la ciudad está repartido: hay reglas precisas para la
distribución de puestos de venta y la organización del espacio por
los distintos grupos de interés, como las organizaciones de ambu–
lantes, los inspectores y la administración de la ciudad.
Por una parte, la entonces Asamblea de Representantes, trató de
establecer lineamientos para la venta ambulante (publicación de la
Asamblea de Representantes, 245, octubre de 1996). Pero, por otra,
entre los propios comerciantes existe un plan obligatorio de uso del
espacio.
Un ejemplo evidencia su lucha por el espacio distribuido: en el
marco del Festival del Centro Histórico, celebrado cada año, se efec–
tuaron en el Zócalo diversos eventos artísticos en mayo de 1997. Una
joven artista escogió el lugar junto al muro lateral de la Catedral,
muy cerca del puesto de Sofía, para instalar dos grandes esculturas
inflables. Como había mucho viento, tuvo dificultades para sujetar–
las. De pronto, una de las esculturas cayó sobre uno de los otros
carros de boleros. Aunque nada sucedió y algunos transeúntes e
inspectores vinieron a ayudar, las reacciones fueron agresivas . El
bolero y algunos otros ambulantes insultaron a la artista. Ella estaba
irrumpiendo en su espacio, ese era su lugar y no toleraban acciones
artísticas a su alrededor. Sólo después de una larga y excitada con–
versación , los ambulantes permitieron a la artista el uso temporal del
espacio. La situación y la reacción de los actores hizo evidente cómo
se han apropiado ya del espacio los vendedores y otros usuarios co–
tidianos, y de ese modo ocupan una plaza pública como "espacio
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