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dos los mexicanos se situaran en una misma línea, lo cual sólo ocurre
muy pocas veces en este país. Las personas en la plaza eran colocadas
en orden y de ese modo eran más fáciles de controlar (entrevista con
Salvador, 24 de noviembre de 1997). Con el elemento arquitectónico
del asta se consiguió además -quizá sin pretenderlo- intervenir di–
rectamente en la práctica social de las personas. En ese sentido, la
arquitectura tiene una incidencia real en las formas de apropiación
de la plaza' Mientras antes uno podía sentarse en la plataforma para
esperar una cita, ahora uno debe pararse en una misma fila con otras
personas, como si estuviese atado a ellas por un hilo invisible. En ese
sentido, el asta parece tener una mayor importancia que el verdadero
objeto simbólico, la bandera nacional.
El camarógrafo Rafael Ortega describió un peiformance que él
realizara en el Zócalo en colaboración con el artista mexicano-belga
Francis Alys, en la cual se refleja el significado del asta' En un video,
se ve un número cada vez mayor de borregos que dan vueltas alrede-
!I En relación con la pregunta acerca de la función política de los objetos, e¡
Bruno Latour, 1996. En sus ensayos, Latour se ocupa de los modos de acción
reales de la arquitectura y la técnica, por -ejemplo de candados automáticos (Latour,
1996). Véase también Bernward Joerges y su crítica a la recepción del urbanista
Roben Moses y el "ejemplo del puente": se trata de la construcción de puentes
particularmente bajos sobre las autopistas que llevan a Long lsland, en Nueva York,
que fueron construidos en la década de 1930 según proyectos de Moses. Evidente·
mente, resultaba imposible llegar a la playa con los medios de transporte público,
ya que sólo los autos podían pasar por debajo de los puentes. Según criterio de
Joerges, con ellos Moses debe haber excluido de manera calculada el uso de la
playa por pane de las clases bajas, sobre todo de la población afroamericana Ooerges,
1999).
4 Francis Alys, La multiplicación de los borregos, Zócalo, México, Distrito Federal,
febrero de 1997 (en colaboración con Rafael Onega). El performance fue comentado
de la manera siguiente por usuarios de la plaza: algunos cortadores de caña del
estado de Tabasco, que en ese preciso momento participaban en una manifestación
en el Zócalo, saludaron y apoyaron la acción artística; según ellos, los borregos
representaban al pueblo mexicano, que gira en tomo al poder dominante sin re–
flexionar. Algunos artistas mexicanos criticaron al anista belga por su crítica política
directa al Estado meldcano. El propio AJys ve su performance -el cual fonna parte de
un proyecto mayor titulado Walks/ Paseos- en el contexto de otros performances rea–
lizados en espacios públicos, en los cuales analiza diferentes formas de percibir y
apropiarse de la ciudad.
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