cio Naciana!. Con los últimos acordes de trompetas
y
tambores se
retira también la policía militar. Apenas ésta se pierde tras las puertas
del Palacio Nacional, desaparece el cuadrilátero de la plaza. De inme–
diato las personas continúan atravesando la plaza de un lado a otro
y
parecen buscar una distribución uniforme en el espacio.
l'
Se dirigen
a los recién formados círculos en torno a los artistas ambulantes, quie–
nes de inmediato reanudan sus actuaciones, o se apretujan en las en–
tradas del Metro. Si observamos los movimientos de las personas des–
de la terraza del hotel Majéstic, tal parece que se produjera un nuevo
reordenamiento magnético de las personas en la plaza. Atraída por
los distintos intérpretes
y
sucesos, la gente se mueve como figuras ha–
cia formaciones más o menos ordenadas.
Algunas veces ocurrieron situaciones que me parecieron absurdas.
Una vez, por ejemplo, observé una manifestación que hacía su entra–
da en la plaza gritando sus consignas en voz alta justo en el momento
que comenzaba la ceremonia. Con los primeros acordes de los clari–
nes, los manifestantes enmudecieron
y
se detuvieron delante de las
filas de soldados que formaban la barrera. Apenas éstos desaparecie–
ron en el Palacio Nacional, la manifestación continuó su marcha gri–
tando consignas en contra del gobierno. En otra ocasión actuaba en la
plaza, durante toda la tarde, el cantautor José de Malina, autor de
canciones de protesta. Él también guardó silencio durante la ceremo–
nia de la bandera
y
continuó su discurso contra la militarización del
l!>
Si
se
considera este movimiento de las personas en el espacio de una manera
más abstracta, pudiera describirse como un ejemplo de entropía.
La
entropíaes
una
magnitud de la termodinámica que desClibe la distribución de
elementos en
el espa–
cio.
Al
añadir estructuras en e l espacio, surge una nueva
y
mayor diferencia de
tensión.
El
grado de entropía disminuye
al
suministrar energía en forma de estruc–
turas que ordenan los elementos aislados. En
el
caso de la ceremonia de la bandera,
esto se muestra de manera ideal: en un inicio, la plaza no posee estructura alguna.
Con las barreras alrededor de l cuadrilátero, los soldados añaden una estructura,
separan un espacio interior de uno exterior e incrementan la relación de tensión
por medio de esa barrera. Sólo cuando los soldados abandonan la plaza se disuelve
esa relación de tensión y las personas se distribuyen en el espacio a partir de los
procesos naturales de entropía. En todo ello es preciso tener en cuenta que
al
obser·
var sucesos sociales o culturales, como es este el caso, no es posible hablar de un
sistema cerrado, sino que cada situación está determinada por diversos aspectos
estructuradores.
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