Trabajo de campo
Sólo existen superposiciones de distintos hilos que se cruzan
y
enre–
dan, que comienzan donde otros se interrumpen
y
se hallan en ten–
sión recíproca, conformando un cuerpo ensamblado, localmente
disparatado
y
globalmente integral. El análisis de tales países
y
socie–
dades
(y
también de ciudades
y
lugares, K. W.) sólo se logra desatan–
do esos hilos, localizando los nudos, los lazos, los enlaces
y
tiranteces,
teniendo en cuenta la composición de ese cuerpo
y
sondeando su pro–
funda diversidad (Geertz, 1996:29).
En
el
marco del trabajo de campo etnográfico,' estudié el lugar
urbano concreto conocido como el Zócalo; a medida que "desataba
los hilos", a fin de elucidar su diversidad
y
sus múltiples funciones
en
el
contexto de la metrópoli. Para ello, la mirada hacia los procesos
históricos de configuración
y
organización de la ciudad fue tan im–
portante como la investigación de la vida cotidiana actual en la plaza.
Utilicé la plaza como punto de partida; ella fue al mismo tiempo
principio
y
fin de la investigación. Me desplazaba desde
el
centro
hasta la periferia de la ciudad
y,
de allí, regresaba otra vez al centro. El
objetivo era investigar la construcción
y
la circulación de las ideas
sobre la plaza
y
su significación cultural.
Durante el trabajo de campo conocí a mucha gente distinta que
vivia en la ciudad de México
y
que me transmitió su versión personal
del Zócalo. Además de
mi
trabajo en la plaza misma
y
de los contac–
tos con instituciones oficiales, fui conociendo, a través de la Univer–
sidad Metropolitana,
y
sobre todo por mediación de amigos
y
cono–
cidos, cada vez más personas en la ciudad. Cada nueva conversación
me llevaba a un lugar nuevo
y
me remitía a otras personas, de modo
que al cabo de algunos meses pude tejer una red cada vez más tupi–
da de interlocutores, lugares
y
experiencias propias. Mis interlocuto–
res provenían de entornos sociales distintos, entornos separados no
sólo espacialmente, sino también por diferentes jerarquías sociales
y
5
Deseo expresar mi gratirnd al
DAAD
y
a la Secretaria de Relaciones Exteriores de
México por apoyar mi estancia de quince meses en la ciudad de México, a fin de
realizar el trabajo de campo (de agosto de 1996 a noviembre de 1997).
23